Que la tristeza no se te atragante: consejos para comer sin ansiedad

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Esprit

Emplear la comida como válvula de escape es habitual, pero nada recomendable para nuestra salud, aunque identificar la relación entre la ingesta de alimentos y las emociones no es una tarea fácil. Para revertir esta tóxica relación necesitamos conciencia y ayuda. Hemos vivido momentos muy complicados y la previsión en esta segunda ola de pandemia nos plantea por delante otras semanas de tensión, incertidumbre y aburrimiento. ¿Cómo podemos cuidarnos en este aspecto? No te pierdas estos consejos para aprender a comer sin ansiedad.

Alimentación y ansiedad

Estrés, incertidumbre, ansiedad, tristeza… son muchos los sentimientos que han crecido durante estos meses de forma diaria por la situación que estamos viviendo. El desconocimiento del futuro cercano nos crea ansiedad y estrés porque no podemos controlar una situación que nos supera y que tiene un gran impacto en nuestra vida personal, laboral, familiar y social.  No saber cuándo vas a poder visitar a los mayores o las personas vulnerables, hasta cuando vas a tener que aplazar los abrazos que tienes tantas ganas de dar y los planes,  mientras que la incertidumbre global llena de inestabilidad el espacio de trabajo. En definitiva, son tiempos difíciles y no está de más identificar todas estas preocupaciones que tenemos derecho a tener. Sin embargo, podemos intentar que tengan el menor efecto en nuestra salud, por ejemplo, cuidado la relación emocional con la alimentación.

¿Qué nos ha ocurrido durante el confinamiento? El aburrimiento de estar tanto tiempo en casa, la incertidumbre y la ansiedad o la tristeza generalizada nos conducen a la nevera. Como nos explica, Lorena Calvo, nutricionista y Dietista de Clínicas Cres, una buena alimentación (saludable y equilibrada) requiere del control de la ansiedad: es fundamental «romper la cadena que conduce de la ansiedad a la comida».

Consejos para comer sin ansiedad

¿Qué podemos hacer para controlar la ansiedad en el momento de alimentarnos? Calvo nos da las siguientes claves:

  1. Reflexionar sobre los sentimientos que nos llevan a ingerir sin hambre y afrontar estas emociones.
  2. Respirar e intentar relajarnos para que las emociones no nos ganen la partida.
  3. Buscar alternativas. Si el aburrimiento nos conduce a comer sin hambre es importante entretener la mente (realizando ejercicio, leyendo, escuchando música o disfrutando de una buena comida).

¿Qué alimentos nos pueden echar una mano a comer sin ansiedad? Estos son los que nos plantea Lorena Calvo.

  • Los carbohidratos son necesarios y aportan glucosa al cerebro. Nos irán bien para evitar las caídas o picos de glucosa y, en consecuencia, la bajada de ánimo. Ten en cuenta que la tristeza nos puede conducir a comer más de lo saludable..
  • Proteínas de alto valor biológico, como pescado azul, marisco, carnes magras y legumbres huevo. Nos interesan por su aportación de triptófano, que aumenta la síntesis de serotonina (un neurotransmisor vinculado con el control de las emociones).
  • Frutas y verduras con Vitaminas C, como la naranja, el kiwi o la piña, la lechuga o el tomate. Estas vitaminas nos ayudan mucho en situaciones de ansiedad. Mejor consumir de forma natural las tres piezas de fruta al día (como mínimo) y no en zumos, mientras que las raciones de verdura, las podemos ingerir cocinadas o en crudo.
  • Vitaminas del grupo B, que las hallamos en las legumbres, cereales integrales y frutos secos, aunque también en setas y verduras.
  • Magnesio. ¿Por? Por sus propiedades relajantes y su papel para la síntesis de serotonina. ¿Dónde están? En carnes magras, verdura de hoja verde y en el chocolate negro (mínimo de 70% de cacao).

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