¡Alerta! Hay cinco cosas que tal vez haces mal en tu rutina de belleza ¿sabes cuales son?

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MÖHEL

¿Y si te digo que hay cinco errores básicos que la mayoría de mujeres cometen en tu rutina de belleza? No eres tú, somos todos los que caemos en estos gestos involuntarios cada día. Los cometemos por inercia, por imitación o malos consejos. ¿A qué estás esperando para sacarte más partido?

Toma nota de los principales errores en la rutina de belleza

  1. Frotar las muñecas tras aplicar el perfume. Estamos en una tienda de cosmética y testamos los perfumes en la muñeca. Después, inmediatamente, como un acto reflejo, frotamos una muñeca con la otra… El mismo gesto también lo hacemos en casa con cualquier perfume. Pero… ¿por qué? Por costumbre y desconocimiento.
    Al frotar las muñecas, «machacamos» las partículas esenciales que componen el perfume, provocando que se desprenda el aroma, modificando el olor original y alternado la duración de éste. Tienes que dejar que el perfume se desarrolle solo, dejándolo secar sobre tu muñeca o el lugar donde lo hayas pulverizado.
  2. Probar el tono de maquillaje en la muñeca o en el rostro. Si acabamos de decir que testamos mal los perfumes, hacemos lo propio con el maquillaje. ¿Quién nos ha dicho que la prueba sobre la muñeca nos dirá el color ideal para nuestro rostro? Tampoco tiene sentido que lo hagamos sobre la cara maquillada, ya que el tono testado se mezclará con el que llevemos previamente. En definitiva, ¡que no! Tomemos nota: los polvos y las cremas de color se tienen que testar en el cuello, la zona que más delata la idoneidad del tono elegido.
  3. Aplicar la crema hidratante con movimientos circulares. Te pones delante del espejo, abres tu tarro de crema y te la colocas en el rostro en círculos, con brío, y con la satisfacción de que va a actuar en las zonas claves del rostro. Lo que no sabemos es que este movimiento circular es en algunas fases descendente y eso fomenta la bajada muscular. Es decir: acelera la caída natural que aparece de forma progresiva en nuestro rostro con el paso de los años. Entonces… ¿cómo tenemos que aplicar la crema? Muy sencillo: reparte una pequeña dosis de crema entre tus manos, frotándolas un poco y, seguidamente, pon tus manos en tu rostro: con las dos manos en las mejillas y, después, una mano sobre la frente y la otra en la zona de la media baja del rostro. Después, si quieres, hacete un masaje de remonte del óvalo. Para ello flexiona los dedos índice y mayor creando entre ellos una V. Con los dedos así flexionados, recorre el óvalo desde la barbilla hacia las orejas. Repite varias veces.
  4. Frotar el contorno de ojos como si fueras a borrar las ojeras o las arruguitas. Los productos cosméticos nos ayudan a mejorar nuestra imagen, pero no hacen milagros, y sobre todo si los aplicamos mal. Además, utilizando mucho producto tampoco acelerarás los resultados. La cantidad debe ser la de un grano de arroz, ¡no más! El movimiento debe ser desde la sien hasta el lagrimal y en sentido inverso, hacia el exterior, recorriendo el hueso orbital, no sobre los párpados (a no ser que en el folleto de tu crema se diga lo contrario). ¡No arrastres la crema, realiza ligeros toques (tappings) para no desplazar la piel y formar arrugas. Después de tres o cuatro pasadas, conviene presionar unos segundos en la parte del lagrimal para drenar la zona y evitar la aparición de bolsas. Y para finalizar: un suave tecleteo de las yemas de los dedos para favorecer la absorción total del producto.
  5. Utilizar productos que llevan abiertos años. ¿Quién no ha descubierto una crema solar en el bolso de playa del año pasado y la ha utilizado? ¿…O el body lotion de un estuche de perfume que te regalaron hace tiempo y que aún estaba en el armario? Sí, lo hemos hecho, pero mejor que dejemos esta costumbre.  Una vez abierto, cada producto tiene una duración concreta y, cuando se pasa el límite, sus principios activos se pueden corromper. Así que utilizar una crema solar de hace años no te garantiza una buena protección…. ¿te las vas a seguir jugando?

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