¿Qué comer para reducir la candidiasis vaginal? Algunos alimentos aliados para su tratamiento

El azúcar, las levaduras y las carbohidratos alimentan la candidiasis vaginal, o hongo cándida, que afecta al 95% de las mujeres, al menos una vez en la vida. Así que, aparte del tratamiento local, un reajuste en nuestra dieta es fundamental para reducir su proliferación y ayudar a prevenirla. Como señala el Instituto de Microecología, estas pautas de alimentación deben pasar por una reducción de consumo de azúcares y carbohidratos y un aumento de nutrientes vegetales y animales. El café, los refrescos y el alcohol así como los elementos procesados y los lácteos de vaca son algunos alimentos a evitar.

¿Qué es la candidiasis vaginal?

Una de las infecciones que resultan de la alteración de la flora vaginal es la provocada por la levadura Candida albicans, presente en pequeñas dosis en la piel, el tubo digestivo, la boca y la vagina, tal como explica la Sociedad Española de Medicina Interna.  Cuando tiene lugar un crecimiento descontrolado del hongo pueden surgir síntomas como escozor y picor en la zona vaginal, enrojecimiento e inflamación. Entre la simptomatología asociada a la candidiasis vaginal, destacan los cambios del flujo, que puede presentar una textura blanca y más espesa, y quemazón al orinar, y dolor al orinar.

Esta infección es más frecuente si se sufre obesidad, diabetes o se está embarazada.

Dexeus Mujer advierte que los antibióticos causan desequilibrio en la flora y para lograr un restablecimiento es muy aconsejable la toma de probióticos.

Existen tres hábitos sencillos a tener muy en cuenta para mejorar la infección:

  • Elimina la orina y lava la zona íntima después del coito.
  • Descarta la ropa ajustada y los tejidos sintéticos para evitar rozaduras y humedades. Apuesta por el algodón.
  • Emplea un jabón neutro, no perfumado. Realiza una higiene diaria y con las manos limpias.

¿Qué comer para controlar la candidiasis?

Consumo de alimentos vegetales

  • Vegetales y hortalizas verdes por su alto contenido en fibra y bajos en almidón, como el pepino, la alcachofa, el apio, el espárrago…
  • Frutas, con poco almidón (plátano) y fructosa (uvas, zumo de frutas, higos, frutas desecadas). A los archiconocidos arándanos y frutos secos, cabría sumar los cítricos, la pera, la manzana…
  • Las grasas ricas en ácido grasos pollinsaturados, entre los cuales destaca el sésamo, lino, aguacate, semillas de chía…
  • La proteína vegetal, como quinoa, bulgur o las legumbres.
  • Polifenoles con acción antiinflamatoria y antioxidante: frutos secos, aceite de coco y té verde.
  • Alimentos fermentados ricos en probióticos, como kimchi, té kombucha, chucrut…

Consumo de alimentos animales

  • Limitar y reducir el consumo de proteína y grasas animales.
  • Apostar por la ingesta de pescado blanco y azul.
  • Preferentemente, lácteos fermentados de cabra (kéfir, queso o yogur).

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