El cuerpo nos está pidiendo a gritos un reset. Que sí, que ha hecho mucho calor y que nos ha apetecido más tomarnos un refresco bien frío con hielos o una cervecita que un vaso de agua, que los helados están riquísimos y que no vamos a ir a cenar todos los días fuera y nos vamos a comer una ensalada. Hasta aquí todo comprensible, estamos de vacaciones y en el vivir bien también está flexibilizar nuestras rutinas de alimentación y de deporte. Pero si el cuerpo nos lo pide vamos a tener que hacerle caso: depurar el organismo ahora más que nunca.
Por qué tenemos que depurar el organismo
Las patatas bravas en el vermut y las de bolsa en la playa, la pizza buenísima del restaurante, los cócteles buenos que nos sirven hasta dentro de una piscina… El verano está hecho para pecar. Nos hemos saltado nuestras rutinas horarias y algunos creemos que entre las gracias del verano está comer a las cuatro de la tarde. Y aunque hemos tenido mucha sed al mirar la carta, siempre nos parecía más apetecible una bebida alternativa al agua. El resultado de este totum revolutum es una cestita de kilos que nos llevamos y un vientre más hinchado de lo normal. Y es que los cambios bruscos en la alimentación, el metabolismo ralentizado y las alternaciones hormonales se reflejan en forma de retención de líquidos.
El hinchazón del vientre es uno de los avisos que nos da el cuerpo cuando rompemos una dinámica de alimentación saludable y nos pasamos en el consumo de toxinas. Como nos explica Gema Cabañero, fundadora y la directora de la Clínica antiaging y estética Gema Cabañero, las toxinas ralentizan el metabolismo, y al volverse más lento, se incrementa el cansancio y la oxidación celular. En otras palabras, se acelera el envejecimiento prematuro de la piel. Esto tiene efectos claros en el cutis, que aparece más seco e irritado. Hay quien lo nota mucho: cuando se pasa de la ingesta de grasas, la apariencia se vuelve opaca y grasa, y los poros se obstruyen. Y aparecen granos.
Tips para perder peso ganando salud
El cambio de hábitos hace más fácil ganar algunos kilos de más durante el verano, que son específicamente de grasa. ¿Y ahora que hacemos? Volver a las rutinas de alimentación saludables.
Aliméntate de tres a cinco veces al día y apuesta por comidas ligeras. Las verduras, las hortalizas, el pollo, el pescado o los huevos son maravillosos invitados en el reto de perder el peso ganado durante las vacaciones de verano. Eso sí, la cocción es mejor que sea de forma ligera, en el horno, a la plancha o al vapor.
Elimina los líquidos, con verduras e infusiones. Las cremas ligeras o las sopas frías de verduras son muy saludables y refrescantes, en un momento en que el calor continúa siendo insoportable. Los espárragos, el calabacín, las alcachofas o el brócoli son ideales para lograr la depuración del organismo. Mejorar la digestión, eliminar los líquidos y lograr el efecto detox es fácil con los tés, como el verde, la cola de caballo, el boldo o la menta.
Arriba la fibra. Frutas verduras, legumbres y cereales son alimentos que favorecerán el tránsito intestinal e incrementaran el índice de saciedad.
Abajo la sal y el azúcar. Prescinde de la sal, y lograrás deshincharte; condimenta con hierbas aromáticas para no echar de menos las salsas y saca de tu día a día las comidas preparadas. El azúcar es otro ingrediente que mejor evitar, tanto en el café, como en los alimentos ultraprocesados, la bollería o las bebidas azucaradas.
Consume más alimentos antiinflamatorios. Algunos vegetales, como el brócoli o las coles, y especies como la cúrcuma, el jengibre, la canela o la pimienta negra, tienen este efecto y son beneficiosos para incluir en nuestra rutina.
Incluye suplementos. Los suplementos de DHA, todas las vitaminas del grupo B, vitamina D y magnesio son de los más recomendados.
Se acabó dormir poco. Recupera tu rutina de sueño, porque dormir bien es fuente de salud y de belleza y debemos descansar de 7 a 8 horas al día. En vacaciones, nos acostumbramos a acostarnos y levantarnos tarde, pero la rutina laboral ya ha tocado a nuestra puerta, y si tú aún no has activado las alarmas del contestador es mejor que estés preparada cuanto antes. Acuéstate pronto y levántate temprano para descansar correctamente, y tu cuerpo se regenerará durante la noche.
Mucho líquido, sobre todo agua, para garantizar que la piel esté bien hidratada. Pero no te quedes solo con el agua, y disfruta de zumos de frutas y verduras hechos por ti misma, infusiones y caldos vegetales.
Apuesta por el ejercicio
No te estamos proponiendo que vuelvas a apuntarte al gimnasio si sabes que no vas a ir. Se trata, simplemente, de escoger la modalidad deportiva que más te guste y descartar todas aquellas que te resulten aburridas. Plantéatelo como una oportunidad para experimentar con tus habilidades y desconectar de todo al son de la música. Piensa además que la cuestión es romper con el sedentarismo con pequeños gestos: por ejemplo, subiendo las escaleras o dejando el coche aparcado. El sedentarismo es el enemigo a batir, evítalo todos los días.
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