Pocas cosas tienen tanto poder para cambiar nuestra imagen como el flequillo. Con un simple gesto, podemos transformarnos por completo y cada detalle permite definir al máximo nuestra personalidad: centímetro arriba o abajo, abierto o cerrado, liso o con movimiento. Sí, cada flequillo es un mundo. Entre sus bondades, los expertos aseguran que permite suavizar las facciones y aportar un aspecto más juvenil y fresco, además de camuflar el crecimiento de la raíz. Todo ello lo convierten en un perfecto elixir de belleza. También se le atribuye la capacidad de mejorar nuestro estado de ánimo y de ayudarnos a enfatizar o disimular rasgos, según nos interese. Lo que está claro es que es una tendencia que nunca pasa de largo, por eso, te proponemos cinco flequillos favorecedores y te compartimos algunas pistas para que aciertes con tu elección.
Estos son los flequillos favorecedores por excelencia
1. Largo y texturizado
Un flequillo que se corta un poco más allá de las cejas y se peina ligero y con movimiento, para que se vea muy natural. Es una opción versátil, que se puede adaptar a todo tipo de rostros, y uno de los estilos preferidos a todas las edades, porque se integra muy bien con la melena y enmarca suavemente los rasgos.
2. Micro bangs
Este tipo de flequillo es muy corto, apenas rozando las cejas, y es ideal para quienes buscan un estilo atrevido, vanguardista y un punto rebelde. Se puede llevar totalmente recto o despuntado, y queda muy llamativo junto a recogidos. Eso sí, exige bastante mantenimiento, por lo que tendrás que visitar más frecuentemente el salón de peluquería y dedicarle más tiempo en tu día a día.
3. Rizado
Los flequillos rizados u ondulados pisan fuerte y son una excelente manera de resaltar la belleza de tu textura natural. Opta por flequillos largos o de media luna, que se integren con el resto de la melena y, a la hora de peinarlos, procura mantener los rizos sueltos y suaves, para que el aspecto sea juguetón y desenfadado.
4. Estilo cortina
Uno de los flequillos más favorecedores y demandados es el estilo cortina, que se caracteriza por ser largo y abierto en el centro. También puedes dejarlo crecer por los lados, enmarcando suavemente los contornos del rostro. Su mantenimiento es bastante sencillo y, si te cansas, puedes recogerlo a los lados hasta que vuelva a crecer. Si te estrenas en el universo de los flequillos, apuesta por este.
5. De lado
Este flequillo parte de una raya lateral y cae hacia el lado contrario. Puedes jugar con diferentes texturas y longitudes, o incluso crear un falso flequillo, escondiendo un mechón largo por detrás de la oreja. Este estilo ayuda a personalizar el corte y a conseguir una imagen más dulce y romántica, sobre todo cuando se acompaña de recogidos y acabados messy.
Consejos para acertar con tu elección
Al elegir el flequillo perfecto, debes considerar varios factores: tu tipo de pelo, forma del rostro y estilo de vida. Esto último no es ninguna tontería: más allá de lo drástico (o no) que quieras que sea tu cambio, debes decidir cuánto tiempo estás dispuesta a dedicar cada día a cuidar y dar forma a tu flequillo.
Respecto a la forma del rostro y el tipo de pelo, determinarán qué estilos van a favorecerte más en la práctica. Para ello, lo mejor es que cuentes con el asesoramiento de un profesional de tu confianza. Ella o él te podrá decir si tu pelo es demasiado fino como para llevar un flequillo tupido, o si tus facciones se verán excesivamente marcadas con un flequillo recto. Salvo que tengas la cara muy aniñada y quieras aportarle fuerza, ten en cuenta que los estilos largos, suaves y con movimiento suelen ser la opción más favorecedora y con menos riesgos.
Otra forma de asegurar el tiro es probar con un flequillo postizo, algo que ahora hacen muchas famosas. Los hay con un clip de quita y pon, que son ideales para sorprender en ocasiones puntuales o para ir experimentando con distintos estilos de flequillo hasta dar con el tuyo.
En cualquier caso, el flequillo es una excelente opción para jugar con tu imagen sin comprometer el conjunto de tu melena. Atrévete, diviértete ¡y que viva el flequillo!