Descubre cuál es el tratamiento del acné en cada fase para lucir una piel saludable

tratamiento del acné

El acné no es solo un problema de la adolescencia. Puede afectar a cualquier edad y presentarse en diferentes formas: desde pequeñas imperfecciones hasta inflamaciones severas que dejan cicatrices. Comprender en qué fase se encuentra tu piel es clave para aplicar el tratamiento más adecuado y evitar complicaciones. Para conocer el mejor tratamiento del acné, nos ponemos en manos del Dr. José María Ricart, director médico de IMR, quien nos explica que «si entendemos cómo se produce el acné sabremos en qué punto podemos trabajar«.

Cuatro fases en el tratamiento del acné

Cada brote de acné tiene un origen común: la acción de la testosterona sobre las glándulas sebáceas que desencadena la producción excesiva de sebo y la formación de quistes. Estos pueden evolucionar a granos inflamados y, si no se tratan a tiempo, pueden generar marcas difíciles de eliminar. Afortunadamente, hoy en día existen soluciones efectivas adaptadas a cada fase del acné.

Fase 1: aparecen los primeros síntomas. Visita al dermatólgo

Para abordar el problema desde su origen, los tratamientos médicos orales y tópicos pueden ser una excelente opción. Uno de los más efectivos es la isotretinoína, un retinoide derivado de la vitamina A que actúa directamente sobre las glándulas sebáceas, reduciendo la producción de sebo y evitando la formación de quistes.

«Para evitar esa primera fase en la que la testosterona actúa sobre la glándula pilosebácea recomendamos isotetrinoína. En IMR seguimos el enfoque de un estudio que se publicó en el año 2011 y que cambia el modo de tratamiento de los pacientes al trabajar con microdosis. Aunque hace que el protocolo se alargue en el tiempo, el paciente no sufre, explica el Dr. Ricart. Las dosis bajas permiten una mayor comodidad y un menor número de efectos adversos, sin alterar en absoluto la efectividad de los resultados. De esta manera, añade, el paciente va poco a poco limpiando su organismo y haciendo que esas glándulas pilosebáceas se vayan haciendo más pequeñitas para que la testosterona no forme un quiste».

Fase 2: los primeros quistes. Tratamiento: peeling con ácido salicílico

Si ya han aparecido los primeros quistes, un peeling con ácido salicílico puede marcar la diferencia. Este procedimiento no solo ayuda a eliminarlos de manera controlada, sino que también favorece la renovación celular y mantiene la piel libre de obstrucciones. Gracias a su acción queratolítica y antiinflamatoria, permite una recuperación rápida sin alterar la rutina diaria.

Cuando la fase dos tiene lugar y «el paciente llega a la consulta lleno de quistes que posteriormente se convertirán en granos inflamados. En esa fase, el dermatólo recomiendoa la utilización de peelings. «Las enfermeras, que están entrenadas para ello, hacen la extracción de estos quistes para, posteriormente, utilizar ácido salicílico de baja potencia, que va a permitir al paciente poder incorporarse a su vida cotidiana sin problemas. De esta manera se eliminan los quistes y se evita que se transformen en granos inflamados, detalla. El peeling a base de ácido salicílico también ayuda a exfoliar la piel, promueve la renovación celular y mejora las irregularidades, debido a su acción queratolítica y antiinflamatoria. Tras el tratamiento, se aplica un fotoprotector solar».

Fase 3: granitos están inflamados. Tratamiento: terapia biofotónica

Cuando el acné avanza y aparecen granos inflamados, es momento de recurrir a la terapia biofotónica. Este tratamiento utiliza un gel fotosensibilizante en combinación con luz multiLED para reducir la inflamación, eliminar bacterias y estimular la regeneración celular. Además, su efecto sigue actuando durante meses, ofreciendo resultados visibles y duraderos sin efectos secundarios agresivos.

Fase 4: cicatrices por el acné. Tratamiento personalizado

Las cicatrices son una de las secuelas más difíciles del acné, pero existen soluciones para tratarlas. Desde el uso de láseres fraccionados de erbio y luz pulsada hasta tratamientos con exosomas o polinucleótidos, los dermatólogos pueden adaptar la terapia a cada tipo de piel. La clave está en la personalización: cuanto antes se actúe, mejores serán los resultados.

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