Cuando pensamos en el sudor, solemos imaginar incomodidad, mal olor y manchas en la ropa. Sin embargo, la sudoración es un proceso natural y necesario para regular la temperatura corporal y eliminar toxinas. Además, existen muchas creencias populares sobre el sudor y el desodorante, que no siempre se ajustan a la realidad. En este artículo te desvelamos qué hay de cierto en ellas para que puedas tomar decisiones más informadas sobre tu cuidado diario.
El sudor y el desodorante: qué es cierto y qué no…
Entender cómo funciona, qué tipos de sudor existen y qué papel juega nuestra microbiota cutánea es clave para elegir el desodorante adecuado y cuidar mejor de nuestra piel.
¿Existen dos tipos de glándulas sudoríparas?
¡Verdadero! Nuestro cuerpo cuenta con dos tipos de glándulas encargadas de producir el sudor: las ecrinas y las apocrinas.
Las glándulas ecrinas están distribuidas por todo el cuerpo y su función es regular la temperatura. El sudor que producen es incoloro e inodoro.
Las glándulas apocrinas, por su parte, se encuentran solo en ciertas zonas como las axilas o la zona genital. Su sudor es más rico en lípidos y proteínas, lo que lo convierte en alimento ideal para las bacterias responsables del mal olor.
¿El sudor siempre huele mal?
Falso. El sudor está compuesto sobre todo por agua, sales, lactato, urea y otras sustancias orgánicas.
Son las últimas las sustancias orgánicas que, al descomponerse por las bacterias de la piel, pueden generar mal olor. Por tanto, en la relación entre el sudor y el desodorante, lo que combate el olor no es el sudor en sí, sino el efecto de las bacterias.
¿Sudar más implica oler peor?
Rotundamente falso. El mal olor corporal no depende de cuánto sudes, sino de factores como la alimentación, la genética, las hormonas o el microbioma cutáneo.
Puedes sudar mucho y no oler, o sudar poco y tener mal olor. Por eso es importante encontrar el producto adecuado según tu tipo de piel y necesidades.
¿La microbiota cutánea está realacionada con el olor corporal?
Verdadero. La piel alberga billones de microorganismos que conviven en equilibrio y protegen la barrera cutánea.
Esta microbiota influye directamente en el sudor y desodorante que necesitas, ya que un desequilibrio puede favorecer el mal olor o la sudoración excesiva. Cuidarla también es parte de una buena rutina de higiene.
¿Desodorante y antitranspirante son lo mismo?
Falso. Aunque a menudo se usen como sinónimos, pero no lo son.
- El desodorante neutraliza o enmascara el olor corporal con perfumes o ingredientes antibacterianos.
- El antitranspirante reduce la producción de sudor al bloquear temporalmente los conductos sudoríparos.
Muchos productos del mercado combinan ambos efectos, por lo que el término más adecuado sería “desodorante antitranspirante”.
¿Los antitranspirantes son perjudiciales para la salud?
Falso. Utilizados correctamente, no representan un riesgo. Aunque bloquean temporalmente la sudoración en determinadas zonas, el cuerpo sigue eliminando sudor por otras áreas. Lo importante es respetar su modo de empleo y no aplicarlos sobre piel irritada o recién depilada para evitar reacciones cutáneas.
¿Los desodorantes pueden provocar manchas?
Verdadero. Ingredientes de los desodorantes, como el alcohol pueden irritar la piel y alterar su barrera natural, lo que a largo plazo puede provocar hiperpigmentaciones.
Si notas manchas u oscurecimiento en la zona axilar, revisa la composición del producto que usas y opta por fórmulas sin alcohol.
¿Existen desodorantes 100% naturales?
Falso. Aunque algunas marcas se publicitan como “naturales”, todos los desodorantes combinan ingredientes que aseguran su eficacia, conservación y facilidad de aplicación.
En la búsqueda de un buen equilibrio entre salud, bienestar y respeto por el medioambiente, conviene revisar siempre el INCI del producto (listado de ingredientes del cosmético) y no dejarse llevar solo por reclamos comerciales.
Ingredientes que es mejor evitar
Verdadero. En la cosmética actual, es fundamental conocer qué sustancias convienen a nuestra piel.
Algunos ingredientes, como los disruptores endocrinos, el alcohol o los aceites comedogénicos, pueden provocar efectos adversos como irritaciones, obstrucción de poros o desequilibrios hormonales. Por eso, elegir un buen producto, teniendo en cuenta tu tipo de piel es clave para prevenir problemas.
¿La piedra de alumbre es mala?
Falso. Este mineral natural contiene un compuesto de aluminio con propiedades astringentes y antibacterianas.
Aunque también es un antitranspirante, su uso está considerado seguro y puede ser una alternativa interesante para quienes buscan una opción más respetuosa con la piel.
Los antiodorantes: una solución muy eficaz
Verdadero. Estos productos regulan la microbiota y eliminan el mal olor sin bloquear la transpiración. Son cada vez más populares por su eficacia y por respetar el funcionamiento natural del cuerpo.
Además, algunos ingredientes usados en estos productos, como los modificadores microbianos, también se aplican en dermatología para tratar el acné o la rosácea.
Lambda Control® Free Crema, de Isdin. Desodorante antitranspirante en crema sin alcohol que protege todo el día. Adecuado para todo tipo de pieles, incluidas las más sensibles.
Su precio: 9,95€/50ml.
Desodorante Stick Natural Vinofresh, de Caudalie. Neutraliza las bacterias responsables de los olores gracias a su fórmula natural y eficaz durante 24H. En un solo gesto, hidrata y calma la piel de las axilas. Su fragancia unisex de eucalipto proporciona una sensación de frescor vivificante durante todo el día.
Su precio: 11,50€/50g.
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Su precio: 9,90€/150ml.