Cada 16 de octubre se celebra el Día Mundial de la Alimentación, una fecha impulsada por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) que busca recordarnos algo esencial: comer bien no es solo un derecho, también es una elección diaria con impacto global y personal.
En Belleza activa, donde siempre conectamos la belleza con la salud, creemos que no hay mejor momento para hablar de alimentación consciente, de sus efectos en nuestra piel, nuestro bienestar y en el entorno. Porque lo que eliges poner en tu plato también se refleja en tu rostro (y en tu planeta).
Comer bien es un gesto de autocuidado
Más allá de las calorías, la alimentación influye directamente en cómo te sientes y cómo te ves. La Academia Americana de Dermatología (AAD) señala que «una dieta rica en frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables puede ayudar a promover una piel más saludable».
En cambio, los alimentos ultraprocesados, azucarados o ricos en grasas trans aumentan la inflamación, alteran el microbioma intestinal y pueden estar detrás de brotes de acné, piel apagada o envejecimiento prematuro. Y eso no lo tapa ninguna base de maquillaje.
Claves para una alimentación que se note… también en la piel
Para contribuir a tu bienestar (y al de tu piel), la alimentación debe ser:
- Colorida: cuanto más variedad de vegetales y frutas, más antioxidantes, vitaminas y minerales.
- Sostenible: prioriza productos locales, de temporada y de origen vegetal.
- Rica en fibra y agua: para un intestino feliz y una piel limpia y luminosa.
- Con proteínas de calidad: necesarias para regenerar tejidos y mantener la elasticidad.
- Con grasas buenas: como el aceite de oliva virgen extra, los frutos secos o el aguacate.
- Pobre en azúcares añadidos y ultraprocesados: que alteran el equilibrio hormonal y provocan inflamación.
La belleza también empieza en el plato
¿Sabías que una mala alimentación puede influir en tu colágeno, tu producción de sebo o la cicatrización de tu piel? El déficit de ciertos micronutrientes —como la vitamina C, el zinc o la biotina— se refleja rápidamente en el aspecto del rostro. Según la Harvard T.H. Chan School of Public Health, «lo que comemos puede influir en la aparición de arrugas, la elasticidad de la piel y su hidratación».
¿Qué puedes hacer tú?
En el Día Mundial de la Alimentación, te proponemos reflexionar sobre tu alimentación desde un enfoque activo, pero también amable contigo misma. Algunas ideas sencillas:
- Haz la compra con intención, no con prisa.
- Lee etiquetas. Apuesta por productos con pocos ingredientes y sin nombres imposibles de pronunciar.
- Cocina más. Cuanto más casero, más control sobre lo que comes.
- Hidrátate bien: tu piel también bebe agua.
- Agradece. Comer es un privilegio que no todas las personas tienen asegurado cada día.
Comer bien también es un acto colectivo
Este año, el lema de la FAO es: “El agua es vida, el agua nutre. No dejar a nadie atrás” FAO.org. Porque el acceso a una alimentación segura y saludable sigue siendo una asignatura pendiente para millones de personas en el mundo.
Desde tu cocina puedes contribuir a una alimentación más justa: reduce el desperdicio, apoya la agricultura sostenible, elige productos locales y no te dejes llevar por modas que dañan más de lo que nutren.
Este 16 de octubre, en el Día Mundial de la Alimentación, recordamos que comer no es solo nutrirse: es cuidarse, es elegir con conciencia, es sumar belleza desde dentro y es, también, un acto de compromiso con el mundo.