Firme y con volumen. Así es como nos gustaría a todas tenerlo. O mantenerlo. Pero la herencia genética y la ley de la gravedad pesan lo suyo. Combatir la flacidez y la falta de tono no es complicado si le dedicamos la atención que se merece. Porque el pecho es sin duda el mayor símbolo de feminidad y uno de nuestros más grandes atractivos.