Verano es una época dura para el cabello. El sol y la humedad son sus dos mayores enemigos. El cabello, a diferencia de la piel, no tiene sistemas de defensa frente al sol, por lo que hay que protegerlo adecuadamente para que al final del verano no presente un aspecto deshidratado, áspero, encrespado, con puntas abiertas y sin brillo.
En plena época estival hay que extremar los cuidados cotidianos que aplicamos al cabello y proteger el pelo y el cuero cabelludo de la exposición al sol igual que se realiza con la piel. Existen diversos tipos de fotoprotectores capilares, en forma de spray o de productos de acabado de efecto mojado, con brillo, en cera, etc. Sólo hay que escoger el que mejor se adapte a cada cabello y circunstancias.
También es conveniente utilizar gorros, sombreros o pañuelos para evitar la acción de los rayos ultravioletas si la exposición dura mucho tiempo. Sin embargo, hay que evitar que el cabello sude bajo estos protectores, ya que la humedad causa el engrosamiento del cabello y la apertura de sus escamas, con lo que es más poroso y permeable a los daños y a perder agua por evaporación. Por ello, gorros y sombreros deben ser de materiales transpirables y frescos.
Lo cierto es que el cabello necesita aún mayor protección solar que la piel, ya que no dispone de sistemas de defensa como el bronceado. El sol tiene la capacidad de aclarar el cabello, cosa que produce unos bonitos reflejos en los rubios y castaños, pero que también puede aclarar y alterar el color de los cabellos teñidos y llegar a quemar el pelo, tornándolo poroso hasta romperlo. No es la única agresión que sufre en verano: el agua, la sal del mar, la arena, el cloro, el viento, son factores que se confabulan contra la salud del pelo y de los que hay que protegerlo.
Los rayos ultravioleta afectan a la fibra capilar de tres formas. En la superficie, oxidan la capa lipídica (de grasa) que protege el cabello, que se vuelve seco, áspero y sin brillo. Sin protección externa, los UV atacan entonces el cemento intercelular que se encuentra entre las escamas capilares, debilitando el cabello y volviéndolo poroso. Cuando los ultravioleta consiguen entrar en el córtex capilar (la capa media interna), oxidan la queratina (la proteína capilar), consiguiendo que el cabello se rompa, se abran las puntas o se decolore.
El agua es su otro gran enemigo, ya que el cabello mojado multiplica las agresiones del sol, favorece la deshidratación, la degradación de la melanina y la decoloración, y altera la queratina haciendo que el cabello sea frágil y quebradizo. La sal del mar también favorece la deshidratación y, junto con la arena, provoca irritación en el cuero cabelludo. El cloro de las piscinas despigmenta el cabello y decolora los tintes, llegando a provocar reflejos verdosos en los rubios teñidos y rosas en los caobas.
Todo esto sucede porque el cabello, a diferencia de la piel, es un material inerte y no tiene defensas propias ante todos estos agentes y, además, carece de propiedades regenerativas, por lo que una vez que se le ha causado daños es muy difícil revertir el proceso. Es por ello que la mejor forma de mantener la salud capilar en verano es la prevención y el uso de tratamientos solares específicos que lo protejan antes, durante y después de la exposición.
Es conveniente lavar el cabello después de cada baño en el mar o la piscina con un champú post-solar que elimine los restos de sal, cloro y arena y aplicar un acondicionador adecuado al tipo de cabello y sus necesidades específicas. Al ser época de lavados frecuentes, no es necesario enjabonar el cabello dos veces ni frotar con energía, para evitar la pérdida excesiva de sebo. Sin embargo, sí hay que aclarar con agua abundante para eliminar cualquier resto de cosmético, sal o arena.
Un par de días a la semana conviene aplicar una mascarilla nutritiva que recargue de proteínas y vitaminas el cabello. Y aficionarse a los cosméticos de acabado como el gel, la espuma o las ceras para dar forma, en lugar de utilizar el cepillo y el secador. Eso no quiere decir que el cabello no deba secarse bien, al contrario, ya que precisamente uno de los problemas del cabello en verano es que está continuamente mojado. Esto provoca que el pelo se hinche y aumente su grosor y el de sus poros, favoreciendo la pérdida de agua y, con ella, de proteínas y minerales. Para evitar tanto la deshidratación como la pérdida de color de los cabellos teñidos es aconsejable aplicar un filtro solar antes de exponer el cabello al sol. Un fotoprotector capilar previene la deshidratación causada por las altas temperaturas y la humedad. Igual que hacemos con la piel, hay que reaplicar el fotoprotector si estamos mucho rato expuestos al sol y después de cada baño.
Durante la exposición solar, no hay que utilizar gomas finas ni prendedores de metal, que pueden calentarse y cortar el cabello. Lo más adecuado con los cabellos largos es recogerlos en una coleta o un moño con prendedores de plástico o gomas suaves.
También es importante el peinado. Debe realizarse con un peine de púas anchas de plástico o madera, nunca de metal. Tampoco hay que usar un cepillo con el pelo mojado, ya que sólo se consigue dañar la cutícula y romper el cabello. Es conveniente evitar el uso de secadores, tenacillas y planchas calientes para no dañar aún más el cabello, pero tampoco conviene dejar que esté mojado durante mucho tiempo, ya que favorece su deshidratación. Lo aconsejable es secarlo con secador en posición de frío y a una distancia del cabello de unos veinte centímetros.
Con ellos protegerás tu cabello
♦ Treat Pre Sun Treatment Spray Solar Care, de Montibel·lo. Spray protector reparador para cabello y cuero cabelludo sensibilizados por el sol. Protege el colory repara e hidrata la fibra capilar. Posee una refrescante fragancia frutal con ligeros toques florales y un delicado fondo avainillado y almizclado (12,50 €).
♦ Aqua-Seal, de Kerastase Soleil. Aceite en crema impermeabilizante para cabellos muy sensibilizados, por lo que retiene la humedad de la fibra capilar. Deja el cabello brillante y sedoso y posee un efecto disciplinante del cabello, sin apelmazarlo (20,70 €).
♦ Solar Sublime, de L’Oréal Professionnel. En la fórmula de este champú que huele a melocotón interviene el Meroxyl S.O y una alta concentración de aceite que protege el cabello con mchas o sensibilizado de la deshidratación y la oxidación provocada por el sol, la sal del mar y el cloro de las piscinas (11,45 €).
♦ Heat Humidity Resistant SerumSome Like it Hot Bed Head, de Tigi. Combate la humedad y evita el encrespamiento además de proteger el color del cabello, que con su uso desprende aroma a coco haitiano (16,25 €).
♦ SoftEnds Sun Protect, de Bonacure. Fluido intensivo para reparar laspunas del cabello estresado por el sol, protegiéndolas del daño causado por los rayos UV, el agua, la sal y la contaminación (16,15 €).
♦ After Sun Rescue Sun Active, de Indola. Acondicionador sin aclarado con Aceite de Argán que hidrata, suaviza y repara la estructura del cabellos después de la exposición solar, especialmente indicado para los cabellos teñidos o con reflejos. Como resultado, el agrietamiento del cabello desaparece y su rotura se ve reducida en un 80 % (12,30 €).
Gracias por los consejos, sois genial chicas, tenéis un blog fantástico y mucho arte!
Gracias Ana!
Interesante artículo chicas 😉
Gracias Tania!
Gracias por la guía es muy interesante, pensando ya en que los rayos de sol aparezcan en nuestro clima para empezar a ponernos morenas.
Gracias a ti por leer belleza activa!!!!
¡¡¡Buen dossier!!! Me conozco la teoría pero no me viene nada mal que me la recuerden, porque sigo fallando.
Gracias
Eso nos pasa a tod@s María!
Muy buenos consejos, gracias.
¡Qué sombrero tan maravilloso la modelo de la foto!!!
Sé que hay que cuidar el cabello y que el sol, aunque es estupendo perjudica mucho, pero no sabía todo lo que habéis explicado. Muchas gracias un artículo muy interesante chic@s.
Un besito