¿Qué es exactamente una piel deshidratada y porqué se produce esta situación? Parece una pregunta de perogrullo, una piel seca es la que no tiene agua. Pero en el fondo no es tan fácil la respuesta, porque conocer el porqué se pierde esta agua en determinadas situaciones ambientales y personales y no en otras es más complicado de lo que parece. E importante, porque en este primer mundo en que vivimos hay cada vez más personas con problemas cutáneos y de deshidratación, incluso en pieles grasas, que buscarán en la cosmética la solución al problema.
Para hidratar bien la piel lo mejor es dedicarle una mínima atención diaria incorporando a las rutinas de cuidado corporal cosméticos que la reparen a fondo.
Conforme avanza el verano la piel necesita una ayuda extra para recuperarse de los estragos del calor, el sol y los aires acondicionados que la han resecado en extremo. También para poder enfrentarse con vitalidad a los inminentes cambios de temperatura que traerá el otoño y el ritmo de vida cotidiano. Por eso necesita hidratación. Y nutrición.
Tal como explica el Dr. Miquel Ribera, dermatólogo del Hospital Universitario de Sabadell-Corporació Parc Taulí y vice-presidente de la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV), «para tener la piel sana se requieren unos cuidados y una rutina diaria. Nunca hay que llegar al extremo de que la piel tenga un aspecto seco, descamativo y cuarteado. Esos signos delatan un problema que hay que solucionar antes de que la piel enferme».
Siempre se asegura que conviene hidratar el cuerpo a diario bebiendo un par de litros de agua, pero eso no es suficiente. La piel es el último órgano al que llega esta agua, por lo que los cosméticos se hacen imprescindibles. Desde el primer cuidado, es decir: la limpieza.
Según el doctor Ribera, «la piel necesita una adecuada hidratación todos los días empezando en el momento de ducharnos. El uso de geles y jabones para la ducha altera el manto lipídico natural que ayuda a mantener hidratada nuestra piel. Este manto lipídico está constituido por ácidos grasos que las glándulas sebáceas de nuestra piel producen y que se depositan como una barrera invisible que impide la evaporación de agua de nuestra piel, manteniéndola hidratada. Cuando el manto se altera, se pierde agua y la piel tiende a resecarse. Por este motivo hay que usar jabones para la ducha que sean poco agresivos para el manto lipídico. Lo ideal es usar aquellos con componentes que se encuentren de manera natural n nuestra epidermis que, además de limpiar, nutran nuestra piel».
Si la piel está muy seca, tirante o especialmente sensible, hay que evitar los jabones y geles agresivos, con mucho detergente o con partículas exfoliantes, y optar por jabones dermatológicos suaves que incorporen componentes hidratantes y calmantes hasta que la piel esté más sana y fortalecida. Recordemos que con la ducha la piel pierde un 25% de hidratación natural, que hay que reponer.
Después de la ducha es conveniente aplicar cada día sobre la piel una leche o loción, o incluso seguir utilizando el after-sun hasta que se acabe. Estos productos post-solares son ricos en activos calmantes y nutritivos, y contienen sustancias que fijan y alargan el bronceado, con lo que la piel está más protegida y tarda en descamarse.
En el rostro hay que estar atento a cualquier posible cambio de la piel. Puede que se muestre más seca que habitualmente, o que sufra un brote graso y presente granos o zonas con brillos, por lo que quizá haya que cambiar y adecuar el cosmético a la nueva situación. Conviene refrescarla y calmarla, especialmente si está enrojecida o tirante, y limpiarla a diario con productos no agresivos. Si la piel pica, enrojece, se escama o presenta alguna situación de incomodidad que se prolonga, conviene consultar con el dermatólogo.
¿Por qué se deshidrata tanto la piel?
Hay muchos factores que favorecen la deshidratacion cutánea. Y uno de ellos es nuestro estilo de vida. Los laboratorios Estée Lauder realizaron hace unos años un estudio en el que tras analizar la piel de cientos de mujeres de diversas partes del mundo, entre ellas Nueva York, Bélgica y Arizona, descubrieron que las habitantes del desierto tenían mejores condiciones de hidratación en su piel que las de climas más húmedos como Nueva York. La conclusión a la que llegaron los técnicos fue que no es el clima seco la causa de la deshidratación, sino los cambios bruscos y constantes en los niveles de humedad relativa.
Cuando pasamos de un clima húmedo a una situación de clima o entorno más seco, la piel enciende sus sistemas de adaptación: las células de la epidermis se multiplican, producen enzimas y proteínas que, a su vez, desarrollan lípidos (grasas) que al llegar al estrato córneo (capa más superficial de la piel) forman una barrera natural destinada a mantener la humedad. Para realizar este proceso se necesita tiempo. La piel necesita una media de dos semanas en adaptarse a un cambio ambiental importante. Pero si se ve sometida a estos cambios varias veces al día no puede adaptarse ni defenderse y pierde humedad a marchas forzadas.
Se sabe desde hace años que los sistemas de aire acondicionado y calefacción resecan el ambiente de forma extrema. Pero el estudio demuestra que las mujeres que viven en entornos húmedos urbanos, como Nueva York, someten a su piel a estos constantes cambios de nivel de humedad relativa al pasar de la calle al interior de edificios con aire acondicionado o calefacción. En un mismo día de verano, por ejemplo, pueden pasar varias veces de un nivel de humedad del 40% en el interior de una oficina al casi 100% de humedad en la calle. Por el contrario, las habitantes de una ciudad como Bélgica, también de clima húmedo, presentan un nivel de hidratación cutánea bastante aceptable debido a que su entorno es “menos artificial”, sin tanto aire acondicionado según el estudio.
¿La solución? Evidentemente, mantener un entorno ambiental estable para que la piel no entre en una situación de caos intentando adaptarse a los repentinos cambios, cosa como mínimo complicada porque no podemos estar alterando los aparatos de todos los edificios ni, evidentemente, alterar el clima. Aunque los laboratorios cosméticos tiene su particular solución: crear un entorno estable sobre la superficie de la piel que mantenga el nivel de humedad, independientemente de las fluctuaciones externas, y evite la deshidratación.
Pueden ayudarte
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♦ Ginkgo & Olive Cream Shower de Natuderm Botanics. Gel de ducha cremoso con extracto de ginkgo que refresca y cuida la piel, y aceite de oliva que hidrata, nutre y forma una película que evita la deshidratación, para piel seca y muy seca. 200 ml 5,75 €
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