Perfume

Cuéntanos «tu momento» con mamá y gana una fragancia Acqua di Gioia de Giorgio Armani

Comments (40)
  1. Silia dice:

    No sé si llego a tiempo para participar. Espero que sí. No sé si sabre hacerlo bien pero creo que es una buena historia.

    Os cuento.

    Mi recuerdo es de uno de los momentos más divertidos y recordados en mi familia.

    Hace 12 años mi hermana pequeña adopto a su hija en China. Cuando llegaron a España mi madre se traslado por un tiempo a vivir con ellas para ayudar a mi hermana que tenía una situación un poco complicada con el trabajo y no podía disponer del tiempo total de su baja maternal.
    Una tarde, más o menos al mes de la adopción, mi madre y yo estábamos paseando con la nena (que tenía 10 meses) y hablando de lo linda que era, lo lista que era, lo buena que era…y bla, bla, bla, mientras se nos caía la baba y va mi madre y me dice: «Hija, es que es igual que su madre. Fijaté: los mismos ojos, la misma boca…».
    El ataque de risa que me dió fue de campeonato pero ella insistía muy digna.
    Por supuesto, como os podeís imaginar no se parecía en nada pero yo creo que mi madre veía en ella a su hija de bebé y la quio tanto desde el primer minuto que inmediatamente la incluyó en la categoría MI FAMILIA de manera que hasta la veía un parecido.
    En fin, la maternidad es un estado del corazón y lo biológico pesa menos de lo que mucha gente cree.

    Saludos cordiales

    1. Elisabet dice:

      Muchas gracias, Silia, por tu relato. No te preocupes, entra aunque no queda demasiado tiempo para participar!!!
      Un beso!!

  2. nuria fernandez dice:

    Cuando era pequeña como todas las niñas, me encantaba ver a mi madre arreglándose, como se maquillaba, perfumaba, se ponía los tacones, las pulseras, anillos, era un ritual mágico, y mientras me cantaba canciones. Yo desaba crecer tan rápido para poder hacer lo mismo que ella, y a escondidas me gustaba probarme sus cosas.
    Uno de los momentos mas emotivos fué cuando me casé, me regaló una pulsera que ella había heredado de su madre, y que nunca me dejaba probarme de pequeña porque decía que se podía romper, y que era su objeto mas preciado y querido. Esa pulsera, me acompaña adonde voy, he ivido en distintos paises y ciudades, y es lo primero que viene siempre en mi equipaje, es mas que un objeto, es ese hilo invisible y que nunca se rompe, ni en el tiempo, ni en la distancia entre una madre y una hija.

    1. Àngels dice:

      Gracias por compartirlo Nuria! Un beso!

  3. vicente conejero dice:

    Mi mejor momento con mi madre es cada día, cada vez que me mira y me sonríe.
    Hace un año le diagnosticaron Alzheimer y cada vez son menos los momentos en los que puedo disfrutar de ella, de su alma, de sus recuerdos, de su voz. Por eso cada día es único a su lado, cada vez que dice mi nombre o me habla de cosas de mi infancia, los pienso guardar para siempre, que dentro de poco ya sólo me quedara su mirada de niña traviesa, y sus manos tan suaves.

    1. vicente conejero dice:

      os he puesto mal mi correo en este comentario está bien puesto, perdón

      1. Àngels dice:

        Solucionado!

    2. Àngels dice:

      Gracias por compartirlo Vicente. Un beso a los dos!

  4. ana muñoz dice:

    Aun recuerdo mi primer viaje al extranjero con mis padres. Eran los 70 yo tenía 5 años ,mi padre era camionero y nos llevó a mi madre y a mi a Alemania que tenía que hacer un viaje con tomates.
    La primera vez que salí de casa, vi gente distinta, escuché idomas desconocidas, y comí cosas que no sabían como se llamaban.
    Que grande se veía el mundo desde la cabina del camión y que bien se dormía en la camita que tenía
    Mientras mi padre trabajaba fuimos a una feria de un pueblo de nombre impronunciable y me perdí al soltarme de la mano de mi madre, le dí un mal rato a la pobre, ella preguntando a todo el mundo por señas si me habán visto, no se enteraban de lo que decían, llamaron a los policías y tampoco se enteraban, ella enseñaba mi foto y al final despues de varias horas me encontraron en una tómbola, que el feriante me había encontrado y me subió al mostrador y me describía por el megáfono por si me buscaba alguien , pero claro ella no se enteraba, y yo vete a saber lo que le decía a aquel pobre feriante que no sabía que hacer con una niña granadina de 5 años.

    1. Àngels dice:

      Qué fácil era todo antes! Suerte Ana!

  5. teresa espinós dice:

    Por desgracia mi madre me falta hace mucho, pero tengo grabada en mi memoria tantos momentos juntas.
    Nosotros vivíamos en un peblo muy pequeñito , de unos 80 habitantes y mis padres eran agricultores. Nos enseñaron a mi hermana y ami desde pequeñas a amar y respetar la naturaleza y a los animales y darle las gracias por tantos tesoros que nos regalaba.
    Mis recuerdos con mi madre tan nítidos como si los viviera ahora mismo, es verla recogiendo manzanas, con el sol haciéndole brillar el pelo que parecía de oro, el olor a hierba, a manzanas recien recogidas, llegar a la casa y sentarnos junto a la chimenea a cascar almendras mientras se hacía el pan en el horno.
    El día que marche de casa para ir a la Universidad, no derramó ni una lágrima, aunque sabía que ya no volvería a ser la niña de antes, que el pueblo se me quedaría pequeño y sólo volvería de vacaciones, pero es tanto el amor de una madre hacia un hijo que para que cumpla sus sueños y sea feliz, a ella no le importa quedarse esperándolo y contando los días hasta el próximo encuentro.

    1. Àngels dice:

      Qué razón tienes Teresa! Un beso!

  6. Alicia dice:

    Mi «momento» con mamá fue hace poco, ya que yo me he ido de casa durante un año, y era la primera vez que mi mami se quedaba sin su hija mayor durante una temporada. El caso es que ese momento que no olvidaré nunca fue en la estación de tren, y en Navidad (suena a tópico, ¿verdad?), pero es que su mirada, mis ganas de correr hacia ella, ese abrazo que despertó en mi, sentimientos desconocidos y demasiado fuertes hasta ese momento. Fueron unos minutos totalmente diferentes, raros y especiales en mi vida. Fue «mi momento mami», y espero que haya muchísimos más así, porque madre solo hay una, y la mia es… ¿qué voy a decir?, ¡¡la mejor!!.

    1. Àngels dice:

      Gracias por compartirlo Alicia! Un beso a las dos!

  7. Julia López dice:

    Un día fuimos al cine a ver una película de esas de guerras antiguas, de acción. Y me recuerdo que era entre los samurais y un ejercito. El cine estaba casi lleno y nos sentamos hasta la última fila y empezando la película, cuando salen todas las letras del inicio, solo escuchamos que mi mamá se empieza a matar de la risa, y a reir muy fuerte, y nosotros preocupados porque era una película de acción, y no había salido nada cómico. Cuando le preguntamos a mi mamá de que se está riendo ella responde: “Es que le estaba buscando el cinturon de seguridad a la butaca y no se lo encontraba”.

    1. Àngels dice:

      Jajaja! Tengo que decir que me he sentido como tu mamá alguna vez, aunque no en el cine! Gracias Julia!

  8. RUBIFEN dice:

    ¿Un recuerdo entrañable? Como todas vosotras tengo muchos pero me gustaría compartir éste.
    Yo fui niña de pueblo. De pueblo, pueblo, pueblo. De pueblo de esos del norte dónde en invierno hacía un frío terrible. De pueblo de menos de 100 habitantes. De pueblo sin tiendas bonitas, sin otras diversiones que las que proporciona el propio entorno… Vamos, de pueblo. Y tuve la suerte de tener dos madres: mi madre biológica y mi abuela materna que vivía con nosotras.
    Mi recuerdo es de cuando tenía unos 5 años: una imagen de las tardes en las que mi madre me enseñaba a leer en la mesa de la cocina, cerca del fuego y a la luz de una simple bombilla mientras la cocina, en semipenumbra, olía a castañas asadas, a manzanas, a la sopa de ajo de la cena y mi abuela nos acompañaba tejiendo o cosiendo en su silla baja junto al fuego. Lo más divertido (y tierno) es que, cuando terminábamos era yo la que intentaba enseñar a leer a mi abuela: una mujer que había pasado lo suyo en la vida y que no tuvo nunca la oportunidad de ir a la escuela. Recuerdo el interés (fingido, imagino) de mi abuela por aprender y el cariño con el que me miraban ambas mientras yo «ejercía de maestra».

    1. Àngels dice:

      Precioso Rubifen! Un beso fuerte y suerte!

  9. Claudia dice:

    El momento más emotivo vivido al lado de mi madre, fue hace casi 13 años, cuando me case, me enamore de un Español y deje todo mi mundo para venir aquí a empezar de cero, el día de la boda fue todo perfecto con todos mis amigos y familia, fue en mi pais, pero el día que ya tenía que subir al avión y volar más de 14h, vi los ojos de mi madre, tran tristes, desde la muerte de mi padre no la veía llorar así de fuerte, entre lagrimas me decía que era feliz por mi, por encontrar el amor y tener la fuerza para dejar todos mis seres queridos, esas palabras eran tan sinceras y al mismo tiempo tan tristes, porque ambas estábamos con sentimientos encontrados, desde entonces comprendí, que a veces tenemos a nuestros seres amados al lado y no les damos nuestro bien más preciado, TIEMPO y aunque solo veo a mi madre una vez cada dos o tres años, no desperdicio ni un solo instante para disfrutarla, acompañarla a todo sitio, no disgustarme por tonterías y acostarme en su cama como cuando era una niña y decirle mil y mil veces cuanto la quiero y extraño, la distancia me ha enseñado a valorar las cosas que realmente tienen valor en la vida y aunque sea una llamada telefonica prestar toda nuestra atención y siempre decirle lo importante y valioso que es sentirla tan cerca y que sea ahora mi confidente y amiga.

    1. Àngels dice:

      Gracias por compartirlo Claudia! Tienes toda la razón! Un beso!

  10. Victoria dice:

    ¿Qué es una madre?¿Alguna vez habéis visto un nido de pájaros? Si alguien se acerca al nido la madre volará a su alrededor para hacerles saber que ella está ahí, y que nadie pueda acerquese a sus polluelos. Ella tiene coraje y fuerza para proteger a sus hijos, una madre le dará todo lo que tiene para que sus pequeños tengan un buen comienzo en la vida y puedan vivir.
    Muchas mujeres dan a luz, pero solo las verdaderas Madres tienen el don especial para amar y cuidar a los niños.
    Cuando era una niña, siempre quería estar con mi madre. Un día mi mamá se estaba preparando para un baño y yo quería estar con ella. Así que mi madre me permitió ponerme en la bañera con ella. Ella empezó a enseñarme como lavarme la cara, lavarme el pelo. «No te frotes tan fuerte!» me decía cuando yo me estaba lavando la cara. Ese fue uno de los muchos momento tiernos e íntimos que compartimos juntas. Nunca lo olvidaré. El amor de nuestras madres es un sentimiento poderoso, siempre sabía que estaba a salvo con ella y me siento muy afortunada por tenerla en mi vida!
    Os pido perdón por las posibles faltas de ortografía ya que aún estoy aprendiendo español y hay algunas cosas que se me escapan 🙂

    1. Àngels dice:

      Muchas gracias por compartirlo y por el esfuerzo que ha supuesto para ti Victoria! Un beso!

  11. Rosario dice:

    Mis mejores momentos, son mis recuerdos. Por desgracia ella ya no esta con nosotros, pero la recuerdo cada día y la añoro como jamás he añorado a nadie. Mi madre fué, será y seguirá siendo lo mejor que pude tener y doy gracias a la vida por haberme dado la oportunidad de estar a su lado.

    1. Elisabet dice:

      Precioso, Rosario. Muchas gracias por compartirlo!!

  12. Ana Begoña dice:

    Mi mejor momento, es el saber que esta siempre ahí, que cuando la necesito siempre puedo contar con ella. Que me trae comida a todas horas, que me llama todos los días, que vive pendiente de mi y que es la mejor madre que se puede tener. Nunca podré igualarla, pero espero y deseo tener hijos y poder ser solo la mitad de buena que ella lo es conmigo. Siempre la querre y siempre será mi mami.

    1. Elisabet dice:

      Gracias por explicárnoslo, Ana!!! Un beso!!

  13. Bruna da Silva dice:

    Mi madre no sabe cocinar. Alrededor de ese hecho, tenemos algunas historias muy graciosas en mi familia. Sin embargo, la que os voy a contar, a pesar de graciosa, tiene un significado muy especial para mí. Era una tarde de verano y estábamos mi madre y yo solas en casa. Mi padre, el cocinero de la familia, y mi hermano estaban fuera de la ciudad.

    Llegada la hora de la comida, mi madre se armó de valor y me dijo: «voy a hacernos algo para comer» y se fue a la cocina. Me pidió que no me acercara porque se ponía nerviosa. Todo aquello me sorprendió muchísimo. Algo como 1 hora después, mi madre me avisa que la comida está en la mesa. Nos sentamos juntas para comer su pasta con ajo, eso sí, demasiado ajo, y unos filetes. Éstos, quemados por fuera, negros, y completamente crudos por dentro, también sabían a «demasiado ajo». Yo elogiaba su comida, hasta que empezamos las dos a reírnos muchísimo. Mi madre, muy graciosa, se levanta y me dice: ¡al restaurante, venga!

    Hasta hoy recuerdo esa historia como un momento muy divertido que compartimos, y reconozco la buenísima voluntad de mi madre por hacerme un gesto de cariño al intentar cocinarme. Pasta y filetes, que eso dicen que es fácil de hacer 🙂

    1. Àngels dice:

      Gracias por compartirlo Bruna! Besos!

  14. Dina dice:

    Como bien decis: Madre no hay que más una. Así que comentar solo un momento es tan díficil … por que como bien dicen las compañeras todos los momentos son especiales y así los vivimos.
    Pero puestos a elegir uno, comentaré el primer día que me incorporé a trabajar después de la baja maternal por el nacimiento de mi hija. LLegar a casa de mi madre después de una dura jornada y ver a mi bebé en brazos de mi madre que la había cuidado mientras yo volvía a la rutina fue un momento mágico. La tranquilidad de saber que en mejor manos no podría estar no tiene precio. Por eso y por tantas otras cosas solo puedo decir. Gracias mamá!!!!!!

    1. Àngels dice:

      Gracias Dina por compartirlo! Un beso!!!

  15. INES D G dice:

    Mi madre no está pasando ahora su mejor momento, pero yo confío en que todo vaya cambiando, intento ser positiva. Os hablaré de ella, y os contaré alguna anécdota que recordamos en casa con mucho cariño, y que ya no es sólo emotiva, sino divertida también, porque ella siempre ha tenido una gran simpatía. A mí me tuvo mayor para aquellos tiempos, con cuarenta años. Hoy es muy habitual, pero no en los años setenta. Y todo eso que dice la gente muchas veces de que esas madres mayores ya no tienen paciencia, no es verdad, por lo menos en mi caso. Mi madre y yo nos queremos y entendemos de maravilla, y siempre lo hemos pasado genial juntas. En mi tierra los inviernos son muy duros, y me acuerdo cuando no se podía casi salir de casa. Hemos pasado tardes enteras con ella pintando figuras de escayola…Me encantaba!!
    Os podría contar la anécdota de cuando le dio por regalarme un loro. Sí, como leéis, un pájaro. Y yo no sé que era aquello, pero tenía un genio…Hizo de todo por casa, pelar cables de lámparas con el pico, romper la madera de puertas y muebles, y dar picotazos a todo aquel que se acercaba, menos a mí, que tenía seis años. Y mi madre, aunque lo compró con ilusión, se terminó agobiando de aquel animal que hacía escapismo de la jaula, que era listo como un rayo, que destrozaba todo lo que pillaba, y que daba unos picotazos increíbles. Debajo de la peluquería a la que iba a mi madre, había una tienda de animales. Y mi madre les debió de decir que les regalaba el pájaro, pero que tenía una hija de seis años que iría a verlo mientras estuviera allí, los días que ella fuera a la peluquería. A mí me contaron la película, supongo que para que no sufriera, de que Servando estaba triste y se iba a ir unas vacaciones con otros pájaros. Y me debió de parecer fantástico. Cuando ella iba a peinarse, yo bajaba a ver al pájaro. (Que os aseguro que me conocía, qué listos son). Así fue un tiempo. Hasta un día que llego y hay un empleado que además no sabe nada de la historia. Y el pájaro no estaba. Y me dice que nada, que se ha vendido. Yo no podía creer semejante error…Que alguien se vaya de vacaciones para divertirse y lo vendan!! Mi madre intentó convencerme de que era un error, que Servando volvería para casa, que claro, eran tan parecidos todos, verdes…Os puedo contar que ese día volví con un par de tortugas para casa, mi madre no se libró fácilmente de la bichería. Siempre recordamos esta anécdota que he resumido (pero que tuvo mucha más miga) con humor y mucho cariño en casa.

    1. Elisabet dice:

      Poooobre Serbando y, sobre todo, pooooobre Inés niña!!!! Un besito fuerte!!!

  16. Bea dice:

    Llegué a casa y ella estaba allí, en la cocina, mirando un sobre que tenía entre las manos con un membrete de la Universidad Complutense. Me miró, y me preguntó, sonriente, si quería abrirlo yo. «No», respondí, sabiendo que ese momento era tan importante para mí como para ella. Por mi cabeza pasaron recuerdos de una infancia en la que todas las noches me leía un cuento, en la que todas las tardes se interesaba por mis deberes y mis clases de inglés, y en la que todos los días me empujaba a aprovechar la oportunidad de aprender que ella no tuvo cuando era joven.

    Despegó la solapa con meticulosidad, casi con la certeza de quien puede ver el futuro, y extrajo un papel doblado. «Yo sé que te han admitido», susurró. Y yo di gracias por poder compartir ese momento con ella, a sabiendas de que no me vería acabar la carrera.

    1. Elisabet dice:

      Entrañable, Bea. Mil gracias por compartirlo…

  17. sonia dice:

    Por desgracia o, más bien, por suerte llevo siete meses viviendo los mejores momentos junto a mi madre. Hemos tenido un carácter muy especial las dos, y siempre hemos chocado mucho, creo que nunca la he escuchado decirme te quiero, pero yo tampoco se lo había dicho a ella. Lleva siete meses ingresada en una clínica porque se cayó y se rompió el fémur. Por desgracia la recuperación está yendo muy lenta, pero todas esas visitas, la entrada en el quirófano, las visitas a los médicos… Ha hecho que nos sinceremos y que nos digamos que nos queremos. Las palabras no eran necesarias, porque los gestos siempre han estado ahí, pero desde que me dijo lo mucho que me quería y yo le respondí el vínculo se ha cerrado.

    Sólo me queda decir que soy quien y como soy gracias a ella y estoy muy orgullosa de ello.
    Te quiero mamá, espero hacerlo igual de bien con mis hijas.

    1. Elisabet dice:

      Hola Sonia. Muchísimas gracias por compartirlo con tod@s. Es en esos momentos cuando nos damos cuenta de lo importante que es nuestra madre para nosot@s…

  18. angeles dice:

    Mis mejores momentos es tenerla porque el día 30 de este mes cumple 85 años y todos los días son un regalo para mi. Vivo el día a día tratando de complacerla y cuidarla todo lo mejor que sé.

    1. Elisabet dice:

      Ella seguro que lo valora igual que tu!!!!

  19. MARIA PILAR ORTIZ RUIZ dice:

    buenos dias, mis mejores momentos es cuando estoy con ellla y salimos de compras 😉

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