Correr largas distancias envejece la piel

 

La práctica del «running», que siguen muchas mujeres, puede no ser el deporte más adecuado para la piel. Correr largas distancias de forma intensa aumenta el estrés oxidativo, causa un impacto sobre la piel y la envejece a un ritmo mayor, según han puesto de manifiesto diversos estudios recientes. Os lo contamos.

Podemos verlo en el rostro de much@s atletas estos días en los Juegos Olímpicos de Río (Brasil): la piel expuesta durante horas al aire libre presenta arrugas. Y lo confirman los estudios. Un reciente informe del INIBIBB (Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Bahía Blanca, Argentina) asegura que correr mucho y largas distancias acelera la oxidación, lo que nos hace envejecer antes. Y es que quien sale a correr, al respirar intensamente, consume más oxígeno, cosa que genera la formación de radicales libres, causantes de la oxidación de la piel. Si a esto le sumamos los efectos del sol y de la contaminación, de los que nadie se escapa si practica «running» al aire libre, el resultado será una piel prematuramente envejecida.

La Dra. Concha Albert, del Instituto Tapia de cirugía plástica y estética, opina sobre el running: «Me parece devastador para las articulaciones y para la piel. Por un lado, se multiplica por más de tres el peso de la pierna con cada impacto de ésta en el suelo, y por otro, a nivel cutáneo, por culpa del citado impacto, llega la flacidez cutánea, el rostro se arruga, se vacía, y puede llenarse de manchas debido a la radiación ultravioleta, si se corre al  aire libre. Por eso el corredor suele tener esa cara tan delgada y marcada».

Esto no quiere decir que no se practique deporte, sino que debe hacerse teniendo en cuenta qué efectos puede tener sobre la piel y cómo contrarrestarlos. Para evitar en lo posible este efecto indeseado, es imprescindible el uso de protectores solares durante la práctica de ejercicio físico al aire libre, aunque se realice en la ciudad.

La Dra. Albert recomienda, además, «seguir una alimentación rica en productos antioxidantes, como los frutos rojos, el brócoli, las espinacas y los cítricos. Una buena solución es tomar los tan de moda smoothies a base de frutas y verduras frescas completados por ejemplo con alga espirulina». Y añade: «Si nuestra dieta es pobre en estos alimentos o si un experto nos lo recomienda, es imprescindible tomar comprimidos con antioxidantes que contengan Vitaminas C y E, que combaten los radicales libres. También nos conviene el colágeno, que podemos tomar en cápsulas, en gel o líquido, pues correr hace que éste, en la piel, se desestructure, se pierda textura y elasticidad». Por último, señala la importancia de «dormir una media de 8  horas para mantener a raya la oxidación».

En lo que respecta a los tratamientos faciales antienvejecimiento, la especialista explica que «la biorrevitalización facial con un cóctel preciso y bien formulado, a base de Vitaminas C, E, ácido hialurónico y oligoelementos, puede ser la mejor manera de contrarrestar los efectos perniciosos del abuso de la carrera en la piel, y le aporta luminosidad y suavidad. Pero hay que ser constante, realizar varias sesiones al año, y algunas de mantenimiento».

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