¡Ya tenemos los ganadores de nuestro concurso de recuerdos navideños!

Concurso de Navidad, Shutterstock

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Sin duda este concurso, en el que habéis compartido vuestros recuerdos navideños, es uno de los más difíciles de la historia de Belleza activa… Hemos recibidos cientos de comentarios que nos han encogido el corazón por su emotividad, que nos han hecho reír por las situaciones divertidas que describían y que nos han hecho recordar nuestras propias fiestas navideñas. ¡Muchas gracias por vuestra generosidad y por lo bien que escribís!

Responsables de comunicación de diferentes marcas dicen que l@s lector@s de Belleza activa son especiales, ¡y nosotras lo afirmamos! ¡Sois las mejores lectoras (y lectores) del mundo y las más preparadas!

Ahora, como no puede ser de otra forma, vamos a desvelar el nombre y los recuerdos, pero en esta ocasión nos da mucha pena de no poder dar cientos de regalos… uno a cada comentario recibido, porque todos están llenos de sentimientos e ilusión…

Nuria Fernández

Mi mejor experiencia navideña, fue cuando tenía 5 años, en 1975. Mi abuelo era camionero, y nos cogió a mí abuela y a mi, nos montó en el camión, y nos llevó con él a un viaje que tenía que hacer a Munich, para que viéramos la Navidad de los extranjeros, como él decía. Era la primera vez que iba tan lejos, y menos aun a otro país. Desde la altura de la cabina, parecía que iba volando, y viendo como pasaban pueblos, ciudades, países, y como cambiaban los idiomas, las caras, las comidas y costumbres. Me sentía tan mayor, tan poderos allí arriba con los dos, mientras en la radio sonaban las coplas que le gustaban a mi abuela y me enseñaba a cantar. Cuando parábamos a comer, nos encontrábamos o con otros camioneros, muchos llevaban también a su mujer, y me regalaban cosas, y me daban de merendar cosas que no había probado en mi vida. Y ví la nieve, y casas llenas de luces, y unos árboles de navidad enooormes y llenos de ángeles de colores. Y me traje uno de mis regalos preferidos de toda mi vida, la muñeca Michelle, yo le decía Micaela. Era muy rubia, y en la espalda tenía una puerta donde ponías discos y cantaba y contaba cuentos, el problema es que lo hacía en alemán y no me enteraba de nada, pero a mí me daba igual, era preciosa, y ninguna niña tenía una muñeca así, y termine cantando canciones infantiles en alemán sin tener ni idea de lo que decía. Ahora ya no están ninguno conmigo, pero esos recuerdos, esas vivencias, perduraran siempre en mí, y ahora también en vosotros.

Olivia González

Mi mejor experiencia es desde hace dos años atrás, que un grupo de amigas, hemos decidido dar un rumbo a estas fiestas y prestar nuestra colaboración en una asociación que ayuda estas fechas a dar apoyo e ilusión a gente que no tiene nada. Gente que por motivos diversos se han visto abocados a las calles y que aprecian como nadie ese pequeño consuelo a modo de compañía que intentamos darles. Al principio fue duro, los maridos e hijos lo tomaron “regular” nuestra escapada en días tan señalados, pero este año y como mis hijos ya tienen parejas, mi marido incluso se ha ofrecido acompañarme. Una labor simple, que nos llena de felicidad cada vez vemos la gratitud y el cariño en los ojos de aquellos que nada poseen, y que hace de cosas tan insignificantes para el resto de la “civilización”, un mundo, su mundo… Mil gracias por la oportunidad y feliz navidad!

Fina Martínez Sánchez

¡¡Navidad para mí es felicidad!!
Lo primero que me viene a la mente en estas fechas es: VOY A REUNIRME CON LA FAMÍLIA A LA QUE TANTO QUIERO!!
Por circunstancias de la vida, los km. nos separan. Mi hermano vive en Barcelona, el hermano de mi marido en Murcia y yo en Valencia.
Todos los años nos hemos desplazado para pasar la Navidad con una familia o con otra.
En la Navidad del 2015, mi hermano y mi cuñado decidieron venir a pasar la Navidad a Valencia, a mi casa. No puedo explicar lo que sentí, estaba feliz, emocionada…
Decoré mi casa con un ambiente navideño, y preparé la cena de Nochebuena y la comida de Navidad con muchísima ilusión!!
Se acercaba la hora y llamaron al timbre, ya habían llegado. Que feliz era, por fin todos en casa.
Cenamos, charlamos, reímos, vino Papa Noel, nos trajo regalos, los abrimos jugamos a juegos de mesa, cantamos… fue maravilloso, disfrutamos tanto los mayores como los pequeños!!
Me gustaria que se repitiese otra vez!!
Fueron las primeras Navidades sin mi mamá y ni mi suegro, los echamos mucho a faltar, pero intentamos que hubiese la máxima normalidad!!
Tengo una familia maravillosa a la que quiero y adoro!!

Juan Luis Hidalgo

Mi mejor recuerdo de Navidad es el de aquel bendito día que el destino quiso que me parara a oír cantar a aquella coral villancicos en medio de la calle, y eso que no me vuelven loco precisamente. Pero me encantó, sonaban fabulosamente bien. Así fue como conocí a mi chica, ya que les dirigía magistralmente con su batuta y, después de andar perdido durante mucho tiempo, gracias a ella encontré el sentido de mi vida, que por lo visto era para el otro lado…

Victoria Mosquera

No recuerdo cuantos años tenía…. quizás 6. En aquel momento la muñeca que hacía furor era Rosaura.
Rosaura era rubia, alta, guapísima, y su melena era taaaaan larga, que me había imaginado muchas veces peinándola de cientos de modos distintos. Era la noche de Reyes, yo dormía. A lo lejos, en mi sueño, oí ruidos. Abrí los ojos, excitada, quizás eran los Reyes magos. Quizás Rosaura me esperaba en el salón. Con un salto, bajé de la cama, y al abrir la puerta de mi cuarto, en el pasillo, vi a un rey mago con Rosaura en la mano dirigiéndose al salón. Miré a la cocina y vi a Baltasar que aterrizaba en el balcón montado en su camello. Volví a la cama, temblorosa esperando que no se hubiesen dado cuenta… emocionada y feliz porque habían traído a Rosaura. Me dormí.
Y, es increíble para mí recordar aun hoy, la emoción con la que viví aquel episodio, y cómo me envolvió la ilusión que para llegar a imaginar que había visto a los Reyes.
Quizás penséis que lo soñé. Yo misma lo pensé durante años, que había sido un sueño tan emocionalmente impactante para mí, que aun lo recordaba.
Cuando tenía 20 años, una navidad conté esta historia en la cena. Mis padres se miraron sorprendidos. No sabían que lo recordaba. Esa noche, sí me desperté, sí abrí la puerta de mi habitación, mi padre iba hacia el salón con Rosaura en sus brazos, y desde la cocina, mi madre que me descubrió mirando, me hizo un gesto, según cuenta , para que volviese a la cama.
Así que, a veces, aun siendo niños, la Magia de la ilusión es tan fuerte, que puede transformar mágicamente en nuestra mente, incluso lo que vemos.

Muchísimas felicidades a los cinco, durante el día de hoy recibiréis un correo en el que os diremos qué hacer para recibir vuestro premio

Os invitamos a todos a leer todos los comentarios recibidos en nuestras entradas:

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