¿Tú tampoco puedes dormir con calor? Siete consejos para superar la misión imposible del verano

dormir con calor

“No puedo dormir con tanto calor”, “el calor no me deja dormir”, “ayer, por la noche, en mi casa estábamos a casi 30 grados…”, “yo no puedo dormir sin el aire acondicionado, aunque me siente mal, porque si no, no duermo…”. Desde que estrenamos el verano, no hemos dejado de repetir y oír estos lamentos. Las altas temperaturas y la humedad nos han puesto muy difícil poder conciliar el sueño y nos hemos visto encima de la cama, renegando del calor, que no nos da un pequeño respiro por la noche.  Aparte de quejarnos, podemos encontrar soluciones: no te pierdas estos siete consejos para dormir con calor

El sueño y el calor no se llevan bien

Una vuelta, dos vueltas y 1500 vueltas entre las sábanas. Ahora me levanto para encender el aire acondicionado, aunque no me siente bien…¡Qué ruido hace el ventilador!… Tengo sed, tengo pipi…¡Qué incómoda es la almohada!…Las noches de verano han sido verdaderas celebraciones de insomnio. Las batallas contra los mosquitos catapultan unas noches en las que no logramos descansar y eso se refleja en nuestra falta de energía al día siguiente. 

Como señalan los expertos, para amanecer con las pilas cargadas por la mañana, es indispensable atravesar las fases de sueño profundo y REM. En concreto,  pasar por 4 ciclos de sueño de 90 minutos cada uno, lo que equivale a 6 ​​horas por noche, en cualquier época del año-.

Los 18 grados es la mejor temperatura para conciliar el sueño, por eso son tan agradables las noches en las que refresca un poquito, y nos tapamos con las sábanas. Cuando las temperaturas se incrementan, el organismo no consigue enfriarse. Pero no solo es cuestión de lo que marque el termómetro: con el aumento de nuestra agenda ociosa, nos vamos a dormir tras la ingesta de bebidas alcohólicas y comidas copiosas lo que también dificulta la conciliación del sueño. Además, las calles se vuelven lugares mucho más ruidosos y esa falta de calma también es un gran aliado para mantenernos en vela. 

Siete consejos para dormir en verano

Garantiza una buena hidratación y apuesta por las bebidas templadas, mejor que frías. Es curioso: si piensas en una forma inmediata de refrescarte te viene a la mente bebidas especialmente frías en verano, casi congeladas, a poder ser. Sin embargo, el cuerpo calienta las bebidas frías en un proceso de absorción en el que se genera más calor, a pesar de ser frío durante la ingesta. Es fundamental, incluso más importante que, en cualquier otra época del año, hidratarnos bien, bebiendo unos dos litros al día de agua.

Para ducharse la misma filosofía, mejor agua templada que fría. Tras una ducha bajo el agua fría, el cuerpo activa el proceso de encontrar la temperatura ideal (medio grado más baja por la noche que en verano) y eso genera más calor. No es de extrañar que después nos cueste conciliar el sueño: el sistema de climatización interno tiene que trabajar más ante el contacto con algo frío, y de ahí la dificultad para relajarnos y dormir.

Intenta fijar un horario veraniego para acostarte. Sabemos que estamos de vacaciones y que no hay nada más atractivo que la flexibilidad que eso supone. Sin embargo, es importante que durante el verano nos vayamos a la cama más o menos cada día a la misma hora (aunque sea más tarde que durante el día a día). Así lograremos regular la frecuencia cardíaca y la presión arterial.

Consume alimentos ligeros y ricos en proteínas… y evita las bebidas alcohólicas. La digestión consume mucha energía, lo que provoca más calor y dificulta tener un buen descanso nocturno. De esta forma, es recomendable no comer nada  pesado al menos 3 horas antes de acostarte, y apostar por alimentos ligeros y ricos en proteínas. Estos contienen aminoácido triptófano, un precursor de la melatonina, la hormona del sueño. Y aunque podemos caer rendidas y rendidos tras consumir alcohol, este tipo de bebidas tampoco favorecen descansar bien: el cuerpo esté revuelto y sufre deshidratación. Un buen vaso de agua, en cambio, será un gran aliado para conciliar el sueño. 

Despídete de las emociones fuertes y el deporte. Aunque, con el calor, los amantes del deporte prefieran salir cuando refresca: el ejercicio aumenta el nivel de cortisol en sangre, lo que nos hará estar más despiertos por la noche, y será más difícil encontrar la calma. Así que es mejor entrenar a primera hora del día, cuando no haga tanta calor y los niveles de contaminación estén más bajos. 

Duerme en una habitación bien ventilada y con sábanas ligeras. Una doble ventilación, solo por la noche y por la mañana, conseguirá tener una habitación fresca y con nivel de humedad saludable (40-60%). Es importante mantener las ventanas cerradas durante el día, pero también las persianas y las cortinas, que logran expulsar el calor del dormitorio. Apuesta también por sábanas de lino y algodón natural, que ofrecen  un gran efecto refrescante en los días cálidos. Es ideal que te cubras, para protegerte de la corrientes de aire de las ventanas abiertas, ventilar y aire acondicionado. 

El séptimo y último consejos para dormir con calor es expulsar las fuentes del calor del dormitorio, como móviles, ordenadores y otros dispositivos electrónicos. Irradian calor, aunque de forma mínima, pero… ¿Por qué no evitarlo en plena ola de calor y evitar más factores que aumenten la temperatura? Además, te permitirá desconectar mejor antes de conciliar el sueño.  

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