Cada vez más personas optan por realizarse un injerto capilar, y muchas se preguntan si el verano es una buena época para ello. Desde Hospital Capilar, aseguran que no existe ninguna contraindicación estacional: el injerto capilar puede realizarse en verano sin problema, siempre que se respeten algunas precauciones clave relacionadas con el sol, el sudor y el proceso de cicatrización.
“Las indicaciones posoperatorias son prácticamente las mismas que en invierno, pero deben extremarse ciertos cuidados, especialmente en cuanto a la exposición solar”, explica el doctor Walker, especialista de Hospital Capilar.
El sudor, un enemigo inesperado del injerto capilar
Uno de los aspectos que más preocupan en los injertos realizados en verano es el sudor. Y no es para menos: el sudor excesivo puede irritar el cuero cabelludo e interferir en la correcta cicatrización, además de crear un entorno más favorable al desarrollo de infecciones.
Por esta razón, se recomienda evitar actividades físicas intensas durante las primeras semanas, especialmente aquellas que impliquen sudoración abundante. Esta recomendación es válida todo el año, pero cobra especial importancia en verano, cuando el calor puede intensificar la sudoración incluso sin ejercicio.
Sol, mar y piscina: precauciones imprescindibles
Aunque los cuidados básicos tras un injerto capilar son los mismos en cualquier estación, el verano exige especial atención al sol, al cloro y a la sal del mar. Estos factores pueden causar irritación en el cuero cabelludo y retrasar el proceso de cicatrización. “La exposición solar directa puede provocar hiperpigmentación postinflamatoria, irritación y complicaciones en la cicatrización”, advierte el doctor Walker.
Por eso, se deben evitar los baños en piscinas y en el mar durante al menos el primer mes, y proteger adecuadamente el cuero cabelludo del sol, especialmente durante los primeros días.
Fotoprotección del cuero cabelludo tras un injerto capilar
A partir del décimo día tras la cirugía, ya puede utilizarse protección física como gorras o sombreros, que actúan como primera barrera frente a los rayos solares. Tras el primer mes, cuando el cuero cabelludo se ha recuperado parcialmente, se pueden añadir fotoprotectores específicos. “Lo aconsejable es emplear fotoprotectores en forma de brumas o polvos con fórmulas no comedogénicas a partir del mes de la cirugía”, señala el doctor Walker.
También existen protectores solares capilares que cuidan la fibra del cabello trasplantado. Estos productos contienen antioxidantes que ayudan a evitar la oxidación, manteniendo la textura y el color del cabello trasplantado en buen estado.
¿Antes o después de las vacaciones? Qué tener en cuenta
Si estás pensando en aprovechar las vacaciones para someterte a esta intervención, puedes hacerlo sin miedo. No se requieren cuidados especiales más allá de los habituales en el preoperatorio y las pautas posoperatorias indicadas por el especialista.
Ahora bien, si prefieres operarte después de las vacaciones, evita la exposición solar directa en las semanas previas. Las quemaduras o la irritación solar pueden complicar la intervención, y lo ideal es llegar a quirófano con el cuero cabelludo en perfecto estado.