Los colores propios de la primavera son los escogidos para protagonizar el maquillaje de esta temporada. Piensa en flores, mariposas, cielos brillantes y cálido sol y obtendrás la paleta de colores para vestir tu piel y obtener la imagen deseada, desde la más natural a la más sofisticada.
No te cortes ni un pelo y atrévete a probar colores y combinaciones ante el espejo. Fíjate en los looks de las grandes firmas, copia sus ideas y sigue nuestras claves para acertar.
Seis claves para no olvidar:
1 • Difumina las sombras de ojos. Morados, malvas, azules, verdes, grises y rosas producen combinaciones ultra-sofisticadas. Marrones, beig y rosas son más llevables y una opción perfecta para ir impecable todo el día, pero igualmente requieren trabajar los tonos con el pincel para dar luz y matices a los párpados. Antes de aplicar cualquier sombra, unifica el tono de piel del párpado con la base de maquillaje y el corrector. Altera la tradición: nada de sombra más oscura en el párpado móvil y más clara entre éste y la ceja. Esta temporada el ojo se divide en vertical: oscurece la mitad del párpado desde la parte más cercana a la nariz hacia el centro, o al revés desde el centro hacia el rabillo del ojo, procurando extender la sombra de forma que quede como ahumado, con transparencia. No se trata de conseguir esos ojos ahumados en negro tan góticos y poco sanos de hace unos años, sino todo lo contrario, unos ojos llenos de color y luz. En el párpado inferior, traza sólo una línea de color brillante, el más oscuro o el más claro que hayas usado.
2 • Glasea los labios. Búscate un buen gloss, o mejor dos, y olvídate de la eterna consigna que nos hicieron aprender: si maquillas los ojos no maquilles los labios. ¡Ni hablar! Esta primavera ambos rebosan color y, en el caso de la boca, se torna jugosa, carnosa y muy, muy sensual. La clave está en escoger el color que mejor te va. Atrévete a probar los tonos coral, desde los rojos más intensos a los casi salmón, ya que son de verdad sorprendentes y quedan mejor de lo que te crees. Los rosas fucsia van geniales a las morenas, y los naranjas dan muchísima luz a pelirrojas y rubias, que acostumbran a tener pieles más claras y mates. Para las más atrevidas: labios bicolor, un tono en el superior y otro en el inferior, o más oscuro en el interior del labio y más claro en la parte externa. Y no te olvides de perfilar: permite definir la boca y corregir pequeños defectos, agrandando o empequeñeciendo los labios. El truco para que no destaque el perfilador es usar el mismo tono que la barra de labios.
3 • ¡No te olvides del colorete! Se lleva lo sano y natural, y lo más natural cuando aparece la primavera es que la sangre se altere, el sol toque el rostro y las mejillas se sonrojen ligeramente. Así que: apúntate al colorete. Eso sí, muy transparente. Usa colorete en polvo o blush líquido y obtendrás el efecto del color sin que las mejillas aparezcan mates ni «cargadas» de maquillaje.
4 • Pestañas larguísimas. La máscara de pestañas es el básico imprescindible que no puede faltar en tu neceser. Se llevan las pestañas larguísimas, muy definidas, impactantes. Recurre si es necesario a las postizas. Y no te olvides el eyeliner: en el párpado superior para ir a trabajar y dar una imagen arreglada pero fresca, y en ambos párpados para la noche y los maquillajes más sofisticados. Dibuja con lápiz cómo quieres que sea de gruesa y rellena con eyeliner líquido.
5 • Uñas oscuras. Da igual el color siempre que sea muy oscuro. Píntalas en azul, negro, granate, gris plateado, y no te preocupes si para nada coordinan con los labios. No hace falta. El color fetiche: el que ves en la foto, este rojo o granate con tono de vino viejo que se lleva tanto en las uñas de las manos como en las de los pies. ¡Quedan monísimos!
6 • Sé tu misma. Hay quien se maquilla cada día para ir a trabajar, quien no se maquilla nunca, quien usa sólo una barra de labios o quien cuando se maquilla aparece absolutamente espectacular. También hay quien asegura que no sabe maquillarse. Seas del tipo que seas, es importante recordar que el maquillaje sirve para embellecer, para vestir la piel, para «adornarnos», y que como la ropa o los complementos puede ayudarnos a dar la imagen que deseamos e, incluso, disfrazarnos si nos apetece. Y, al igual que con un vestido o unas gafas, debemos probar varias prendas, tallas, colores, hasta dar con la que más nos gusta para una ocasión u otra. Y hacerla nuestra con nuestras «customizaciones».
Con el maquillaje debemos hacer exactamente lo mismo: probar, combinar, acertar, quedar horrorosas y reírnos de ello como cuando nos probamos vestidos de fiesta con las amigas sabiendo que no vamos a comprarlos. Sólo así podemos encontrar qué es lo que mejor nos va, lo que más nos gusta y nos apetece llevar.
¡¡Me encanta la primavera!!!! Intentaré seguir vuestros consejos, siempre tan acertados!!
Besos.