Los cabellos largos siguen de plena vigencia a las puertas del verano. Para ellas y también para ellos. Melenas a las que, pese a los baños de agua y sol que tendrán que soportar, se les exige este estío un toque extremo de sofisticación y glamour.
¿Cómo conseguir una melena lista para llevar en cualquier momento y que luzca como acabada de salir de la peluquería? La clave está en el corte y el buen uso de los productos de acabado.
Echa una ojeada a las propuestas de los expertos y verás cómo puedes pasar de la piscina a la disco sin despeinarte.
Diversos estilos se mezclan en las propuestas de verano: deportivo, punk goddes o glamour punk, rebelde años 50 a lo James Dean, un look asiático post-moderno, incluso un nuevo hippy con guiños a Ibiza, a lo natural y al campo. Es decir, puedes llevar el cabello con el estilo que más te apetezca, porque se lleva todo, cualquier estilo es bueno. Eso sí: muy sofis. Nada de llevar el pelo a su aire. Los mechones están definidos, los colores producen auténticos juegos de luz, y los cortes son superestructurados para que den una imagen «natural» y vuelvan irremediablemente a su sitio.
Para las más prácticas, lo obvio es optar por el pelo corto. Pero con efecto «largo». Un corto «chic y burbujeante», como lo define Dessange, y que consiste en dar volumen en la cabeza con largos flequillos que pueden peinarse o despeinarse al gusto, según la imagen que queramos mostrar.
Pero la auténtica tendencia es la melena larga, muy muy larga. Suelta, medio suelta, recogida ¡en trenzas! o en moños divertidos y muy altos, y con todo tipo de clips, diademas, sombreritos, viseras, pamelas y lo que se nos ocurra. Se trata de que el pelo sea el auténtico protagonista de la imagen que queremos dar.