Protégete del sol de invierno

La práctica masiva del esquí y otros deportes de invierno ha provocado que en los últimos años los dermatólogos adviertan del riesgo que corre la piel si se expone al sol en cotas altas sin protección. Y es que la radiación solar aumenta un 10% cada cien metros de altitud. Y las quemaduras solares aumentan también entre aquellos que no se protegen convenientemente.

Para proteger la piel en invierno y evitar el fotoenvejecimiento u otros daños originados por los UV, la Academia Española de Dermatología y Venereología recomienda utilizar cada día una crema hidratante con factor de protección solar igual o superior a 15 y proteger especialmente la cara, cuello y escote.

Es cierto que a mayor altura, mayor incidencia de los rayos ultravioleta, pero en invierno no se suele utilizar protección solar a diario con la falsa creencia de que al no ser el sol tan potente como en verano sus efectos dañinos serán menores. Pero no es cierto, las propiedades reflectoras del entorno también son importantes. Por ejemplo, la hierba, el agua y algunos suelos reflejan menos de un 10% de la radiación ultravioleta, la arena refleja entre un 10 y un 25% de UV, por lo que intensifica la radiación, y la nieve fresca llega a reflejar hasta el 80% de los ultravioletas. Es decir, casi multiplica por dos la radiación.

Es importante saber que el Índice de Radiación Ultravioleta (UVI) ambiental en España es de 9-10 en verano, 5-6 en primavera y otoño y de aproximadamente 2 en invierno. Este índice, que indica la intensidad de la radiación proveniente del sol en la superficie terrestre y el riesgo de sufrir lesiones, se inicia en una escala de 0 a infinito, aunque suele indicarse su valor más alto como <11 (mayor que 11). (Al final de este post encontraréis el cuadro de valores del índice de radiación establecido por la Organización Mundial de la Salud, la Organización Meteorológica Mundial, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Comisión Internacional de Protección contra la Radiación no Ionizante. La Agencia Estatal de Meteorología de España publica a diario la predicción del índice de radiación en las diferentes capitales de provincia).

Es por ello que es imprescindible la protección solar todo el año. Es decir, no sólo el sol de la alta montaña puede causar quemaduras y afecciones más graves, sino que también en cotas bajas e incluso en días nublados los ultravioletas inciden directamente sobre la piel. Con más riesgo si cabe, ya que el hecho de que no se perciba físicamente su calor hace que la población baje la guardia.

Hay, pues, que utilizar cada día en invierno fotoprotectores o cosméticos que contengan filtros solares con factor de protección solar igual o superior a 15. En el caso de que estemos en un lugar con nieve o en alta montaña, el factor debe ser alto. Es importante que los filtros solares sean fotoestables, ya que esto garantiza una protección durante más tiempo. De no ser así, hay que reaplicar el protector solar cada hora y media, ya que con el tiempo pierde gran parte de su efecto debido al sudor, el roce de la ropa, etc.

La forma correcta de usar el protector solar es aplicarlo media hora antes de la exposición al sol. Hay que extender bien la crema por todas aquellas partes que están expuestas al sol, sin olvidar el cuello, el escote, las orejas, la nuca y las manos aunque llevemos guantes, ya que en más de una ocasión éstos se sacan y las manos quedan desprotegidas.

Hay que proteger especialmente la piel de los niños y ancianos, muy sensibles a los cambios de temperaturas y los fríos del invierno, en los que es habitual que aparezcan zonas de sequedad (placas), fisuras y escamas. Además de protegerlos del sol, hay que pensar que el frío, el viento y sobre todo los cambios bruscos de temperatura y la sequedad provocada por las calefacciones deterioran la piel, deshidratándola y causando la aparición de zonas secas, escamas y grietas. Para que la piel reaccione ante el sol y se defienda de forma natural, bronceándose, es necesario que esté sana y bien hidratada. Por tanto, y sobre todo pensando en niños y ancianos, hay que proteger la piel con ropa adecuada, que abrigue y permita la transpiración, mantener una higiene correcta sin jabones agresivos ni baños prolongados que la ablanden, usar a diario un cosmético hidratante para el cuerpo y otro para el rostro, y beber agua suficiente para evitar la deshidratación.

Una de las zonas más sensibles a los efectos del frío y el sol son los labios. Su piel es muy fina y carece de glándulas sebáceas y sudoríparas, por lo que no dispone de la película de grasa y agua que protege el resto de la piel (capa hidrolipídica) y se deshidrata con mayor facilidad. El gesto casi inconsciente de humedecer los labios con saliva para evitar la tirantez no hace sino agravar el problema, provocando irritaciones, sequedad y grietas que pueden llegar a sangrar y ser dolorosas.

Casi una cuarta parte de la población adulta (23% de hombres y mujeres) tiene grietas en los labios o las manos (Ipsos Europe 2003). La Academia de Dermatología aconseja proteger los labios con una crema hidratante labial que contenga filtro solar y no con un simple cacao. Hay que llevarla siempre encima y renovarla con frecuencia, tanto en el exterior como en el interior de las viviendas, y evitar mojarlos con saliva, morderlos o intentar desprender las pieles secas, ya que solo se consigue dañarlos. Lo mismo vale para las manos: hay que aplicarle una crema específica a diario, como mínimo.

Por lo que respecta al rostro, muchas marcas incorporan ya protectores solares de factor 15 en sus cosméticos hidratantes faciales, espoleados tanto por la necesidad de dar respuesta a las necesidades de los consumidores como por la nueva directiva de la Unión Europea que establece que la cobertura efectiva de los rayos ultravioleta es una protección de los ultravioleta B tres veces superior a los A. Algunos laboratorios incluso van más allá y han elevado a un factor alto (SPF30) la protección diaria de sus cremas anti-envejecimiento, algo lógico si se tiene en cuenta que precisamente el sol es el principal factor de envejecimiento cutáneo.

Recurre a ellos

. Solar Facial Cream SPF 50 de Montibello. Fotoprotector alto para rostro que previene la aparición de manchas y estimula la reparación del ADN celular y la síntesis del colágeno. 50 mkl 25,10

. Anthelios Stick Zonas Sensibles de La Roche-Posay. Fotoprotector en barra alto (SPF 50+) para zonas sensibles como labios, nariz, orejas, etc., resistente al agua y la transpiración, indicado especialmente para pieles sensibles e intolerantes al sol, con agua termal, sin perfume, sin parabenes, no comedogénico. 7,27

. Sun Vivo Biotherm Protección Extrema SPF 50. Fotoprotector solar alto para rostro que protege el ADN celular y actúa contra el envejecimiento, estimula los mecanismos de autodefensa y autorreparación celulares. 50 ml 29 €

. Super Ecran Solaire Visage SPF 50+ de Sisley. Fotoprotector para rostro y zonas delicadas especialmente indicado para lugares donde el sol es especialmente intenso (nieve, alta montaña, trópicos,) y para pieles muy claras, con triple protección solar: protección solar UVA/B de amplio espectro, protección anti-radicales y protección del ADN celular.

. Crema Piel Impecable SPF 30 Regenerist de Olay. Crema anti-edad con factor anti-edad alto (SPF 30) de amplio espectro, un complejo de amino-péptidos (Regenerist) y otros antioxidantes (vitaminas C y E, extracto de té verde, etc.) que actúan contra el envejecimiento de la piel, no grasa y de rápida absorción. 31,50 €

. Crema DayWear SPF15 de Estée Lauder. Crema anti-envejecimiento con una protección solar de amplio espectro (SPF 15), un nuevo complejo antioxidante  y una mezcla de agentes hidratantes y lípidos, en cuatro versiones: piel seca, piel normal y mixta, piel grasa y con color para todo tipo de pieles. 50 €

. Piz Buin Mountain Combi Suncream + Lipstick. Crema solar + stick labial con filtro solar UVA/UVB fotoestable en dos factores (SOPF 15 y 30) y vitamina E, previene las lesiones provocadas por los rayos UV y protege e hidrata 24 horas el rostro del frío y el viento, testado en el Himalaya, resistente al agua y a la transpiración. 10,40 €