No vamos a proponerte una larga lista de buenos propósitos para el 2012. Tod@s sabemos que nunca conseguimos realizarlos y acabamos un poco fustrad@s. Por tanto, vamos a ser pragmáticos. Te proponemos una puesta a punto en la que tú eres el objetivo a conseguir. Suena fácil, y en algunos puntos lo es, pero requiere un poco de fuerza de voluntad.
Te lo contamos.
Paso 1. Duerme y descansa. No hay mejor tratamiento de salud y belleza que dormir el tiempo necesario y, sobre todo, con un buen descanso. Debes tomarlo casi como una obligación. Es decir, nada de ver ese serial que tanto te gusta si es a horas intempestivas (siempre puedes grabarlo y verlo el domingo), nada de trasnochar día sí y día también con los compañeros de trabajo o las amigas, y nada de engancharse al messenger o a los juegos de ordenador para ‘desconectar’ e irse a dormir a las tantas. Para que el cuerpo recupere energía y funcione correctamente es necesario dormir suficientes horas, siete u ocho, con un sueño apacible y sin despertares. No sólo el sistema inmunitario lo agradecerá, sino que tu piel se verá más descansada y con más luminosidad.
Paso 2. Come sano. Y en cantidad suficiente. Uno de los problemas más graves que sufrimos las mujeres, y ahora ya también algunos hombres, es la deficiente alimentación. Aunque parece que la cuidamos mucho, siempre mirando qué comemos y qué no engorda, resulta que comemos poco y mal, ya que las raciones no son las adecuadas a nuestro peso, edad y necesidades calóricas y, además, eliminamos alimentos absolutamente necesarios.
Piensa un poco en todo lo que haces cada día y toda la energía que gastas. Pues bien, sólo la puedes reponer comiendo. Así que nada de tomarte sólo un yogur para cenar. No puedes estar a dieta toda la vida si no lo necesitas, y seguramente no lo necesitas. Si tu peso es adecuado a tu estatura y constitución, debes comer bien.
Toma cada día cinco raciones de frutas y verduras, de tres a cinco de hidratos de carbono (pan, patatas, arroz…), un par de proteínas (carne, pescado, huevos, legumbres, lácteos) y un par de litros de agua
Si, por el contrario, tu problema es el sobrepeso, ¡actúa! Nada de dietas milagro, sacadas de internet, de una revista o de una amiga. Consulta con tu médico de cabecera, que compruebe mediante los análisis necesarios que el exceso de kilos no se debe a un problema físico (diabetes, alteraciones hormonales, etc.) y sigue sus indicaciones.
Paso 3. ¡Muévete! Aunque sólo sea andar media hora cada día. El ejercicio es muy bueno para el cuerpo, lo mantiene en forma, evita que la grasa se instale, hace que nos encontremos más ágiles y flexibles. Pero, además, mantiene la mente despejada y despierta. La actividad física no es sólo buena para la silueta, sino que oxigena nuestro cerebro y hace que funcione con mayor rapidez.
Paso 4. Mantén a raya el estrés. Tómate la vida con calma, sé consciente de quien eres, qué es lo que puedes hacer y qué no, y no asumas más responsabilidades de las que ya tienes. Te aseguro que cada vez que escribo algo así pienso que me gustaría que fuera tan sencillo hacerlo como escribirlo. Ya sabemos que no lo es, que siempre asumimos más cosas de las que podemos llevar a cabo, que pese a saber quienes somos y nuestras limitaciones tenemos tendencia a ser supermujeres y superhombres en potencia, y que luego todo ello se salda con nuestra autoestima por los suelos y un cansancio brutal. Pero como hemos decidido dar un giro, y ahora ya lo sabemos (es un gran paso, no lo dudes) no vamos a dejar que siga ocurriendo. Así que, nada de tomarse todas las cosas a pecho y responsabilizarse de todo. Vamos a aplicar ese dicho chino que afirma que ante un problema uno tiene que preguntarse: ¿tiene solución? Si la tiene, ¿de qué preocuparnos? Y si no la tiene, ¿por qué preocuparnos? Hay muchas cosas por las que sentirse feliz. Piensa en ellas cuando estés agobiad@.
Date un premio por ser quien eres y porque debes quererte mucho más (sí, aunque sea chocolate, que es el mejor antioxidante que existe, buenísimo para la piel, y un chute de endorfinas que proporcionan placer inmediato) y dale la vuelta al estrés.
Paso 5. Sácate todo el partido posible. A ti y a tu vida. Como decíamos un poco más arriba, hay muchas cosas por las que sentirse feliz. Cada día haces un montón de cosas que puedes disfrutar, cosas sencillas, como tomar un café con tu compañera de trabajo, ayudar a tu hijo con ese problema de matemáticas, ese beso repentino que os dais coincidiendo por el pasillo… Se trata de tomar conciencia de la vida, de tu vida, y disfrutarla. Piénsalo, dicen los expertos que ser feliz es sólo una cuestión de actitud. La ducha de cada día por la mañana, ese zumo de naranja y las tostadas, el trayecto hasta el trabajo, son actos rutinarios que depende de como se realicen pueden desgastarnos para todo el día o cargarnos las pilas. La ducha no es sólo higiene, puede ser un placer que estimule tus músculos, tu piel y tus sentidos. El zumo de naranja es fresco y nutritivo, una gozada repleta de vitaminas que, además, nos gusta tomar. Y esos 20 minutos en coche, ¿no podrías cambiarlos por el transporte público y leer un poco, o hacerlos en compañía de un vecino o una amiga?
Un último consejo: ¿Te has mirado bien últimamente? Con cariño, quiero decir. No como nos miramos en el espejo antes de salir de casa, siempre pendientes de si todo está perfecto. Tienes mucho de lo que sentirte orgullos@, tanto de tu cuerpo como de tus valores. Sácales partido, potencia tus cualidades y dedícate un poco de tiempo a ti mism@.
¿Cómo estás? Hazte un chequeo tú mism@
- ¿Duermes siete u ocho horas diarias con un sueño apacible?
- ¿Desayunas cada mañana? ¿Crees que es un desayuno completo o tomas cualquier cosa?
- ¿Tomas tres comidas al día?
- ¿Comes verdura y fruta fresca a diario?
- ¿Tomas un par de veces por semana carne roja y pescado azul?
- ¿Bebes más de un litro de agua diario?
- ¿Cuánto café y alcohol tomas?
- ¿Tienes un peso adecuado a tu estatura y lo mantienes con pocas fluctuaciones?
- ¿Te duchas a diario?
- ¿Cepillas tus dientes después de las comidas?
- ¿Vas con regularidad al baño sin necesidad de tomar laxantes?
- ¿Tus reglas son regulares?
- ¿Tienes dolores de cabeza frecuentes?
- ¿Sabes evitar las situaciones de estrés?
- ¿Separas los problemas de trabajo y los personales?
- ¿Haces ejercicio físico habitualmente?
- ¿Fumas?
- ¿Sabes divertirte y dedicas algún tiempo del día al ocio?
- ¿Acudes al médico con regularidad?
- ¿Cómo definirías tu estado de ánimo: alegre, despierto, dinámico, feliz, triste, apagado, decaído…?
Respóndete con sinceridad y piensa en las respuestas. No hace falta que puntúes nada. Sabes mejor que nadie que quizá debas cambiar algunos hábitos de vida para estar mejor. Propóntelo y ánimo.