Sequedad, tirantez, enrojecimiento, grietas… El frío causa estragos en la piel y hay que extremar los cuidados para evitar que se vuelva hipersensible y se produzcan daños mayores. Una buena protección cosmética es ahora absolutamente imprescindible.
El invierno es una estación especialmente dura para la piel. Debe luchar contra agresiones externas como el frío, el viento, la lluvia, la nieve y el sol. Pero también contra los cambios bruscos de temperatura (calor-frío) y humedad que se producen entre el exterior y el interior de las viviendas, los lugares de trabajo y de ocio. Lo hemos repetido muchas veces, pero no nos cansaremos de insistir cada invierno en la necesidad de proteger, hidratar, nutrir, reparar y regenerar la piel.
La Dra. Josefina Royo, directora del Instituto Médico Láser (IML-Madrid-), afirma que “tenemos una clara conciencia de que debemos protegernos en verano y sin embargo, en invierno tomamos menos precauciones. Pero lo cierto es que los factores ambientales propios del invierno tales como el frío, el viento y los cambios de temperatura bruscos afectan intensamente a la piel, sobre todo a las que tienden a ser finas y secas. Y debemos tomar precauciones para que la piel sufra lo menos posible durante esta estación”.
Por su parte, Leonor Prieto, directora científica de La Roche-Posay, explica que «el frío causa vasoconstricción en los capilares de la piel. Esto causa que no lleguen suficiente oxigeno ni nutrientes a las células de la epidermis, dejando la piel con un aspecto apagado. También se retrasa el ciclo de la renovación celular y se acumulan las células muertas, causando una sensación de tirantez y falta de confort debido a que esta capa de células muertas impide que la secreción sebácea natural de la piel llegue a la superficie para lubricar y nutrir la epidermis, dejando la piel seca y sensible. Aunque la piel tiene enzimas que la ayudan a soportar temperaturas inferiores a los 37ºC, pierde movilidad y elasticidad, se altera su barrera cutánea y se produce deshidratación y sequedad, e incluso irritaciones si la piel es sensible. También hay que tener un cuidado especial con los labios, ya que su piel es más fina, carecen de glándulas sudorípararas y sebáceas, por lo que regulan mal los cambios de temperatura».
Por ello, Leonor recomienda «utilizar cremas para el rostro con elementos hidratantes y relipidizantes, que protejan del frío y eviten la deshidratación intensa; para los labios, productos reparadores específicos, y no olvidarse de la piel frágil de las manos. Muy importante tomar mucha agua y alimentos ricos en vitaminas y antioxidantes, como las frutas y las verduras». Estamos totalmente de acuerdo.
Hidratar, reparar y regenerar
Como siempre, la prevención es el primer eslabón del cuidado. Es básico utilizar a diario en el rostro y el cuerpo cosméticos hidratantes que, además, ejerzan una función de barrera frente a las inclemencias del tiempo y ayuden a la capa hidrolipídica de la piel a llevar a término esta función. Es preferible optar por texturas ricas y confortables que abriguen la piel. Y recurrir a la ropa y los complementos para abrigarnos bien y mantenernos sanos y alejados del frío, ya que por mucho que utilicemos una crema, si nos refriamos podemos acabar con la nariz enrojecida y descamada.
Aún así, es probable que debido a los continuos cambios de temperatura y humedad la piel se altere y está más sensible y seca, que es su forma de defenderse de las agresiones externas. Tal como explican desde la marca Ducray, «sensibilizada, la piel envejece prematuramente: pierde elasticidad, se hace más seca, las membranas celulares se alteran y se forma arrugas. La piel queda vulnerable y necesita una protección específica y adaptada». Es necesario entonces actuar con cosméticos que hidraten, reparen los daños y devuelvan a la capa córnea su función barrera. Esto lo conseguimos mediante el empleo de sustancias humectantes en forma de cremas de aplicación diaria con alto poder hidratante y que, además, actúen contra las agresiones externas y traten los daños ya causados, como la propia sequedad, el enrojecimiento, la tirantez, la descamación o la hiperreactividad.
Consejos para mimar tu piel en invierno
Olay ha elaborado una serie de «Consejos para mimar tu piel en invierno» que reproducimos, ya que nos parecen muy acertados.
- Limpia tu piel en profundidad todos los días
- Protege tu piel antes de exponerla a bajas temperaturas
- ¡Cuidado con el frío sol de invierno!
- Contrarresta los efectos de la opaca luz invernal
- Aprovecha las noches para mimar tu piel
- En los días ajetreados de invierno, usa una crema “todo terreno”
- Trata de poner la calefacción a una temperatura moderada, evitando así una excesiva sequedad en espacios interiores
- Hazte con un humidificador para aportar humedad a los ambientes interiores
- Intenta beber 2 litros de agua diarios; aunque es un hábito que debe mantenerse todo el año, en invierno y en verano es especialmente importante cumplirlo
- Se recomienda tomar alimentos ricos en vitamina c, ya que posee una acción antioxidante que limita la producción de radicales libres, responsables del envejecimiento. Además, contribuye a la producción de colágeno de la piel
- Es conveniente no tomar baños demasiado calientes y, sobre todo, no pasar mucho tiempo dentro de la bañera (no más de 20 minutos), ya que favorece la deshidratación. Por supuesto, tras el baño hay que hidratar muy bien la piel
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