El agua, la arena, los castillos en la orilla… ¡y el sol! Los niños se sienten en su propio elemento cuando están en la playa o la piscina, pero esos dos entornos tan agradables y divertidos, también pueden esconder un peligro, el derivado del efecto de los rayos solares en su piel, si no están debidamente protegidos. Por eso, es responsabilidad de los adultos cuidarlos y enseñarles a protegerse del sol. Niños y sol: todos los cuidados que debes tener en cuenta.
Según la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV) cada año hay unos 4.000 nuevos casos de cáncer de piel. De ellos, se estima que un 80% podría reducirse mediante la adquisición de hábitos saludables de fotoprotección cuando se es niño. Por ello, este año, por primera vez, la Academia ha impartido un taller de fotoprotección a los alumnos y padres del Colegio Gaudem de Madrid.
Como la mejor forma de enseñar a un niño a leer, a cocinar o a hacer cualquier cosa es por imitación de sus padres o adultos en que más confían, por eso la mejor forma de enseñar a un niño a protegerse del sol es de la misma manera.
El protector solar debe ponerse unos veinte minutos antes de llegar a la playa, ya lo sabemos, por eso es mejor que quien primero se lo ponga en casa, para dar ejemplo, sean los padres y les pidan a los niños que les ayuden a ponerse la crema en la espalda. De esa forma la protección solar será una actividad compartida entre todos los miembros de la familia.
Niños y sol: los fotoprotectores adecuados
Según los dermatólogos pediátricos, no es aconsejable exponer a los bebés menores de seis meses al sol, porque su piel aún no ha desarrollado plenamente su capacidad para segregar melanina, el pigmento que la protege. Estos bebés se queman y se deshidratan con mucha facilidad, y además todavía no es conveniente aplicarles crema solar.
A partir del sexto mes de vida sí pueden exponerse al sol, pero solo por poco tiempo y, por supuesto, bien protegidos, con una crema solar con SPF 50+ y solo a primera hora de la mañana o a partir de las 6 de la tarde.
Los especialistas también advierten que hasta los 3 años los niños no deberían exponerse al sol directamente.
Los fotoprotectores más adecuados para los niños son los específicos para ellos, formulados con filtros físicos minerales que les protegen frente a los rayos UVA, UVB e infrarrojos, y además son resistentes al agua, a los roces, al cloro y la transpiración. Estos productos acostumbran a ser hipoalergénicos, han sido testados bajo control pediátrico y dermatológico, no contienen colorantes ni perfumes. También deben incluir ingredientes calmantes y nutritivos, como la vitamina E y extractos de aloe vera y de avena.
Ni un un trocito sin crema
En ocasiones cortamos el pelo muy corto a los niños para que, durante el verano estén fresquitos, pero se nos olvida proteger el cuero cabelludo, habitualmente oculto por el cabello. No puedes olvidarte, tampoco la nuca (que siempre queda al descubierto cuando los niños van con camiseta a la playa o la piscina). Las orejas, los pómulos, la nariz, los hombros, la zona superior de los muslos, la planta de los pies y el empeine son zonas más propensas a las quemaduras. El protector solar hay que reaplicarlo, como mínimo, cada dos horas, pero si el niño está sudando mucho o haciendo mucho ejercicio, deberías reaplicar antes la crema solar, aunque sea resistente al agua y de muy alta protección.
Por lo que respecta a los bebés en su paseo diario, evita que les dé el sol directo, protegiéndoles con gorro, camiseta, pantalón y sandalias.
¿Y si está bajo la sombrilla o en el agua?
Aunque creas que la sombrilla protege del sol, no es así. Ni las sombrillas, ni la sombra de los árboles protegen suficientemente frente a la acción del sol, ya que filtran las radiaciones infrarrojas pero no los rayos ultravioleta, que además se reflejan en la arena. Si el niño está dentro del agua también necesita estar protegido. Al igual que ocurre con las nubes, el agua elimina la sensación de calor, pero no filtra los rayos ultravioleta. De hecho, los niños de piel muy sensible no deben permanecer mucho tiempo cerca del agua, porque los rayos solares se reflejan en ella y aumenta la posibilidad de insolación.
Fotoprotectores infantiles
Aunque si es necesario los niños pueden utilizar fotoprotectores para adultos, lo mejor es que utilicen uno especialmente formulado para ellos. Te ofrecemos algunas propuestas:
Anthelios Dermo-Pediatrics, de La Roche-Posay. Formulado para la piel sensible de los niños y la piel intolerante al sol. Protección anti UVA/ UVB muy alta, amplia y fotoestable. Protección óptima SPF 50 reforzada contra los rayos UVA (más estricta que las recomendaciones europeas sobre productos de protección solar) gracias al sistema filtrante patentado con Mexoryl XL combinado con Agua Termal de La Roche-Posay, calmante y antioxidante. Textura fácil de aplicar. No grasa y no pegajosa. Sin marcas blancas cuando se aplica en piel mojada. Su precio: 32,50€.
Eucerin Kids Sun Spray FPS 50+. Spray de protección solar UV de nivel muy elevado, adecuado para niños que ya tienen más de un año de edad. Este spray no graso y resistente al agua, de fácil aplicación, protege la piel de los niños frente a las quemaduras solares y reduce el riesgo de daños en la piel inducidos por los rayos UV, de aparición futura. Su precio: 19,90€.
Heliocare 360º Pediatrics Atopic Lotion Spray, es un fotoprotector pediátrico especialmente indicado para pieles atópicas, de fácil aplicación, resistente al agua, con SPF 50+ y cobertura frente a las cuatro radiaciones solares: UVB, UVA, Visible e IR. Su revolucionaria fórmula 360, combina la exclusiva tecnología Fernblock, que garantiza fotoinmunoprotección, junto a otros activos como arginina que lo hacen ideal para la protección e hidratación de las pieles pediátricas atópicas. Este producto no contiene alcohol, octocrileno ni parabenos y ha sido testado bajo control dermatológico y pediátrico en pieles sensibles y atópicas.
Leche SPF 50+ Niños, de Eau Thermale Avéne. Formulado con una asociación exclusiva de activos, Sunsitive® protection, con un mínimo de filtros, estables y eficaces en el tiempo, ofrecen una protección óptima frente a los UVB y los UVA (cortos y largos). También posee un poderoso antioxidante, para una protección celular contra los radicales libres, así como Agua termal de Avène, con propiedades calmantes y anti-irritantes. Su textura es fluida e hidrata la piel sensible del niño. Sin perfume ni efecto blanco, es resistente al agua y proporciona una protección de amplio espectro UVB-UVA. Es fotoestable y no contiene silicona.
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[Foto principal: @La Roche-Posay]
Los niños pequeños no se les debería poner al so porque la piel tiene memoria.
Lo peor es que la piel de los menores de 3 años no está preparada para reaccionar frente al sol!
Con los niños mucho cuidadoo
Muchísimo!!!!