Pasión y complicidad. Con estas dos grandes palabras se puede sintetizar la relación de confianza que nace entre un profesional de la belleza y el cliente. Cuando asistimos a un salón de peluquería, esperamos hallar en él a un entusiasta del arte del cabello, que nos haga sentir relajadas para disfrutar de la sesión. Pero no es fácil que surja el flechazo. Si eres un profesional de la belleza, y estás explorando tus opciones en un portal de empleo, queremos desvelarte que hay un universo de clientes esperándote. Y que detrás de ‘se necesita peluquera‘ existe una gran oportunidad para llevar al límite tu creatividad y el reto de lograr que alguien se sienta como nunca. Hoy te desvelamos cómo es nuestro profesional de la belleza ideal porque queremos que el crush surja cuanto antes.
Pasión por el arte del cabello
Cuando vamos a un salón de belleza, esperamos obtener una buena dosis de satisfacción. Queremos sentirnos mimados al entrar; escuchados y comprendidos al explicar nuestro cambio de look; ansiamos que el peluquero o la peluquera nos aconseje durante el proceso, que se implique, para salir por la puerta felices de vernos mucho mejor de lo que entramos.
Para que el gozo nos invada en un salón de peluquería, no hay nada como encontrarnos con un profesional que sienta pasión por el arte del cabello. Hemos dejado colgadas las preocupaciones de nuestro día a día en la entrada con el único fin de disfrutar de nuestro tiempo y queremos pasión. Devoción. Sentir que el profesional de belleza valora que el cambio de look es importante para nosotros (que no es un simple corte, coloración o peinado), que tiene en sus manos la posibilidad de arrancarnos una gigante sonrisa cuando nos descubramos de nuevo en el espejo.
Nos va a entusiasmar que conozcas las nuevas tendencias y que te esfuerces en obtener el mejor resultado posible, pero aún más que te presentes a ti mismo como un alumno eterno e insaciable del arte del cabello. Porque siempre estaremos a tiempo de aprender que la clave del éxito está en no rendirse y en reinventarse.
El poder de la complicidad
Más allá de dominio de las técnicas o del conocimiento de las últimas tendencias, en el salón de peluquería, esperamos encontrar a un cómplice, a un amigo, una especie de alma gemela que en el universo de la estética logre hacernos sentir mejor. Por ello, depositamos todas las ilusiones en torno a un cambio de look en sus manos, sabes la importancia que tiene el cabello en nuestra imagen y se esfuerza en plasmar nuestros deseos de la forma más honesta posible.
Los clientes confiamos en los profesionales de la belleza, reconocemos que nadie sabrá orientarnos en el momento de realizar un cambio en el cabello. Ahí está la magia de asistir a un salón: en el intercambio sincero entre profesional de la belleza y el cliente, que confía en la peluquera el día de su boda, en un evento importante o para materializar esas decisiones que se plasman de forma genial con un cambio de look.
Un apasionado del arte del cabello y un cómplice para nuestros pequeños y grandes momentos. ¿Te atreves a serlo tú?
Yo ya tengo mi profesión pero valoro mucho esas cualidades en una buen/a profesional de peluquería.
Nos alegra coincidir contigo!!!
En mi vida he encontrado una profesional así, por ahora, y puedo decir que tuve suerte porque fué quien retoco mi cabello y me maquilló el día de mi boda, por desgracia cambié de lugar de residencia y dejó de tener peluquería. Habeís hecho que me replantee cambiar de peluquería porque la peluquería a la que voy no me aporta la magia que me aportaba la de mi boda.
Nuestro cuidado personal debe estar en manos de alguien en quien confiemos y que nos conozca. Esa es la única forma de conseguir que nuestro aspecto muestre quiene somos…