Durante los meses de calor, el sol se convierte en un compañero constante. No hace falta estar en la playa o en la piscina para exponerse a los rayos UV: caminar por la calle, tomar algo en una terraza o simplemente hacer recados ya implica un riesgo para la piel si no la protegemos adecuadamente. Algunas zonas del cuerpo son especialmente vulnerables porque tienen la piel más fina, están más expuestas o simplemente porque solemos olvidarnos de ellas. Por eso, los protectores solares de bolsillo son una solución práctica y eficaz: pequeños, cómodos de llevar y fáciles de aplicar en cualquier momento del día.
Las zonas más sensibles (y olvidadas) al sol
- Rostro: nariz, contorno de ojos y labio superior son áreas extremadamente delicadas y están expuestas constantemente. La nariz suele quemarse con facilidad, el contorno de ojos sufre arrugas prematuras y el labio superior es propenso a manchas, especialmente en mujeres con desequilibrios hormonales.
- Labios: los labios no tienen glándulas sebáceas, por lo que se resecan, agrietan y queman fácilmente. Necesitan hidratación y protección solar específica, idealmente en formato bálsamo con SPF.
- Cuello y escote: estas zonas, muchas veces descubiertas por camisetas, camisas o vestidos, acumulan sol sin que lo notemos. La piel es fina y tiende a mancharse, arrugarse o perder firmeza si no la protegemos.
- Orejas y nuca: en personas con el pelo corto o recogido, estas zonas quedan completamente expuestas. Son de piel fina y pueden quemarse rápidamente, provocando molestias o incluso descamación.
- Manos: siempre a la vista y en contacto con el sol al conducir, caminar o usar el móvil, las manos sufren manchas, sequedad y envejecimiento si no reciben protección frecuente.
- Parte superior de los pies: cuando usamos sandalias, esta zona se lleva la peor parte. El sol directo puede causar quemaduras, manchas y engrosamiento de la piel.
¿Cada cuánto hay que reaplicar el protector solar?
Aunque a veces lo olvidamos, aplicar protector una sola vez al día no es suficiente.
- En la playa o la piscina, se recomienda reaplicar cada 2 horas, y si te bañas o sudas mucho, también después de cada inmersión o secado con toalla.
- En el día a día (calle, terraza, paseos, etc.), lo ideal es reaplicarlo cada 2-3 horas, especialmente en las zonas más expuestas.
Además, es fundamental prestar atención especial a las zonas con lunares, ya que son más sensibles y requieren protección extra para prevenir daños y minimizar el riesgo de lesiones cutáneas a largo plazo. Un stick solar de bolsillo es perfecto para reaplicar sobre lunares de forma precisa y frecuente, sin complicaciones.
Protectores solares de bolsillo, tus aliados 24/7
Stick Solar Invisible SPF 50, de Clarins. Protege eficazmente las zonas más sensibles y expuestas del rostro gracias a su fórmula de amplio espectro contra rayos UVA, UVB y luz azul. Su acabado invisible y textura fundente de tacto seco y aterciopelado lo hacen perfecto para reaplicar a lo largo del día sin dejar residuos ni alterar el maquillaje. Su precio: 35,50€
Sun Stick SPF 50, de Farma Dorsch. Con filtros SPF 50+ (UVB, UVA, IR) y vitamina E, esta barra transparente de acabado mate fortalece la barrera cutánea. Resistente al agua y sudor, es ideal para pieles activas y zonas expuestas. Su precio: 29,90€
Sun Care Stick SPF 50+, de La Biosthetique. Este stick ofrece protección inmediata con filtros UVA/UVB, ideal para zonas sensibles como labios, nariz o tatuajes. Su textura cremosa, resistente al agua, con vitamina E, aceite de jojoba y aroma a vainilla, deja la piel suave y sin residuos blancos. Su precio: 25,50€
Watermelon Glow Niacinamide Dew Balm Sunscreen Stick SPF 30, de Glow Recipe. Este sérum solar en barra combina niacinamida y ácido hialurónico para hidratar, proteger y unificar el tono. Previene la hiperpigmentación y aporta luminosidad, ideal para un cuidado multifuncional. Su precio: 29,99€ (de venta en Sephora).
