El movimiento #quedateencasa nos propone un gran reto personal para cuidarnos por dentro y por fuera, que tenemos que superar porque vale mucho la pena: por nuestra salud y la de todos. Atracar la nevera cada dos por tres por aburrimiento o para calmar la ansiedad no es una buena opción, porque no va a sentarnos bien. Y como el confinamiento puede ser más largo de lo que pensamos, podemos convertirlo en una oportunidad para emprender buenos hábitos de alimentación. Que nunca es tarde si la dicha es buena.
Atracón, bajo control
La Clínica Dray nos presenta una serie de pautas nutricionales para mantener nuestra dieta alimentaria, sin ganar esa media de entre 3 y 5 kilos que aseguran que podemos ganar durante estos días de confinamiento.
Bebe al menos dos litros al día. Ni alcohol ni bebidas carbonatadas, no hay nada más saludable que el agua. Así que mientras estés plantada ante el ordenador, haciendo teletrabajo, ten cerca una botella de agua. Ahora hay un sinfín de recipientes bonitos que nos incitan a beber más agua, y sobre todo que sea rellenable. ¡Ciao plástico! También puedes apostar por las infusiones, que favorecen la eliminación de toxinas.
Garantiza cada día cinco comidas, al día. Es importante establecer un horario para realizar las cinco ingestas de alimentos y seguir una alimentación equilibrada y variada.
Consume fruta, mejor entre horas. En el desayuno o a media mañana estos son los mejores momentos para consumir las frutas por su alto poder saciante. Además, si se consumen en solitario los nutrientes y las vitaminas se absorben mejor, mientras que se recomienda evitar su consumo a partir de las cinco de la tarde y en comidas.
Cena cuanto antes y ligero. Dos horas antes de acostarnos: ese es el mejor momento para realizar la cena, que también debería ser mucho más ligera que las otras comidas. Debes apostar por pescados blancos y verduras y alimentos al vapor o a la plancha para evitar la sensación de pesadez y el exceso de calorías ya que en esa franja horaria no hay actividad.
Nada de hidratos de carbono y productos procesados. Despídete de las harinas refinadas y de los productos procesados, sobre todo por la noche. En lo que respecta a los hidratos de carbono, como máximo dos veces a la semana en la comida (aunque son muchísimo más recomendables las legumbres y el arroz) y en el desayuno apuesta por una tostada integral o pan de cereales. Y nada de productos procesados, porque es mucho más divertido y sano realizar tus propias recetas, como un bizcocho de plátano y avena.
Los frutos secos naturales son el mejor aperitivo. Porque son saciantes y sanos. Así que mejor tomar dos o tres nueces contribuirán a reducir la sensación de apetito.
Sentirnos bien por dentro
Tenemos el reto de reordenar nuestras rutinas, adaptarnos a una situación que nos viene dada pero que tenemos que asumir de la mejor forma. Ante este contexto, lo mejor es que distribuyas de forma ordenada el ejercicio físico, el trabajo y el resto de tareas para que cada espacio tenga un hueco instransferible. Es el especial desafío que tenemos por delante: no alargar la jornada del teletrabajo hasta que nos engulla o no acortarla y no hacer nada.
Realiza ejercicios, aprovechando las clases que podemos seguir por Internet. Hay un montón de cuentas de Instagram y de Youtube de personas que se dedican al entrenamiento físico, en todas sus modalidades, que estos días están compartiendo sus rutinas y movimientos con los cuales podemos sentirnos activos. Desde la Clínica Dray, tienen una propuesta: realizar sentadillas y planchas en series de cuatro veces durante 20 minutos y 40 de descanso. Es una buena forma de empezar y puedes ir incrementando el número de series.
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Lo intento, juro que lo intento!! Ya puse una foto de un luchador de sumo en la nevera!
jajajajaj ¡Vaya momento que nos acabas de dar Marisa! Maravilloso 🙂 jjjaja ¡Resistiremos! 🙂