Visibilizar las desigualdades y las violencias de género existentes en nuestra sociedad para repararlas es la razón de ser de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer 2021. Esta jornada profundamente reivindicativa es imprescindible para luchar contra el monstruo de las mil caras, que se llama patriarcado y que vive en cualquier rendija de la sociedad. Esta reflexión del 8 de marzo viene acompañada de mucha autocrítica, para abrazar el mundo de la cosmética desde una filosofía mucho más justa en cuestión de género.
De dónde venimos
Y empezamos esta entrada sobre el Día Internacional de la Mujer 2021, con una reflexión. El universo de la estética, en referencia a la moda y la cosmética, no se ha librado de la huella patriarcal, diseñado en su mayoría por hombres que visten y pintan a mujeres para otros hombres. La mujer se alza como un objeto nacido para ser bello y modificado para continuar siéndolo para un tercero: el hombre. Solo algunas voces, como la de Coco Chanel, reclaman autonomía y rebeldía en el vestir y en el sentirse bella. La presión que se ejerce sobre la mujer a nivel estético es angustiante y permanente, un juicio que se desarrolla en los nuevos medios (las redes sociales) con ferocidad. ¡Basta con recordar los comentarios que se han filtrado en la ceremonia de los Goya!
El mundo del cuidado personal y de la moda, considerado propiamente femenino, por ende se convierte en banal y digno de una feminidad obediente a los cánones establecidos. Por eso, la introducción de la cosmética masculina colisiona con la imagen estereotipada de los hombres, demasiado seria cómo para preocuparse por aspectos considerados superficiales.
Sin embargo, existe una forma diferente de formar parte del mundo de la cosmética, un lugar en el que las feministas como yo podamos sentirnos actores de transformación de una sociedad más justa en cuestión de género. No quiero huir del campo beauty porque los discursos que siguen predominando estén llenos de patriarcado, quiero visibilizar todo aquello que nos perpetúa en nuestro canon de objeto bello para empoderarnos desde cualquier lugar de nuestra vida, y también desde éste.
Ocho deberes para el universo beauty
En esta conmemoración del Día Internacional de la Mujer 2021, aterriza la autocrítica. Como actores del mundo de la comunicación, tenemos la obligación social de contribuir con nuestro trabajo a la construcción de un mundo más justo en muchos aspectos, y como no, en cuestión de igualdad de género. Desde nuestro medio debemos desempeñar una tarea de democratizar y humanizar el mundo beauty, a través de una serie de gestos que ayuden a sentirnos más libres. Aquí os presento, desde mi punto de vista, ocho deberes que tenemos las profesionales del periodismo y la comunicación del sector de la belleza.
- Promover la belleza POR y PARA nosotras. Para combatir la objetivación de la mujer en el universo estético, debemos realzar que aquellas decisiones que tomamos en pro de nuestra belleza nos deben conducir a sentirnos mejor con nosotras mismas. La mujer no es bella, en la medida en la que encuentra la aprobación de otros, sino en la satisfacción que halla en sí misma. De forma que desde el universo beauty, se deben abandonar frases del tipo «para enamorar, para encandilar…» para que nuestro cuerpo sea el mecanismo a través del cual pretendemos cazar a otro. ¡Nos cazamos solas!
- Más autoestima, por favor. El cultivo del bienestar personal es fundamental para nuestra salud, es el primer paso para sentirnos bien con nosotras mismas, y no abordarlo nos conduce a llenar la falta de autoestima con consejos beauty. ¡Me interesan mucho los tips, pero nunca serán un sustituto de nuestra autoestima! Vamos a mirarnos a los ojos para querernos por lo que somos, y ya después cultivamos el cuerpo como queramos.
- Fomentar el vínculo entre la salud y la belleza. Nos libramos de los corsés y hace tiempo que yo dejé en mi armario aquellos zapatos bonitos que solo me hacían daño. ¿Por dónde pasa la belleza? Siempre por la salud, por la buena alimentación, por protegernos del sol, por realizar deporte y por las rutinas de cuidado faciales, corporales y capilares, y está muy lejos de esas dietas milagro y de esos peligrosos trucos que ponen en riesgo nuestra salud bajo una promesa de estallido beauty.
- Por ende, no naturalizar ciertos gestos y productos que puedan poner en riesgo nuestra salud.
- Luchar contra los estereotipos de género a través de la difusión de modelos de mujeres diferentes (etnia o raza, edad, talla). Las imágenes son poderosas y cuando únicamente difundimos desde los medios una imagen bella de la mujer, sumado a todo el armamento publicitario, el resultado es excluir al resto de mujeres, como indignas del término bello. O bien despliegas todo el potencial para entrar en este canon o te quedas fuera.
- Cosmética para pieles maduras sí, pero nada de culpabilidad por envejecer. El paso del tiempo es el único signo real de que seguimos vivos, sin embargo, todos los signos ligados al transcurso del tiempo constituyen una serie de delitos para la belleza femenina. Cada una debe tener a su alcance todas las herramientas que requiera para sentirse bien, pero el marketing antiedad siempre debe pasar por una filosofía que libere la mujer de la ‘culpabilidad de crecer’.
- Dar visibilidad a la menstruación. La regla ha sido un gran tabú, de algo que desde pequeña nos han enseñado avergonzarnos, como si fuera algo profundamente antiestético, indecible delante de cualquier hombre, y este silencio impuesto nos lleva a la culpabilidad. ¡Absurdo! Volvamos a reconocer que sí tenemos la regla y que utensilios como la copa menstrual nos ayudan no solo a gestionarla sino también a tener una relación más saludable con nuestro cuerpo.
- Reconocer la sexualidad femenina, como propia, saludable e independiente a las relaciones con otros. El patriarcado sigue tan presente en nuestra sociedad que la masturbación femenina sigue siendo un gran tabú, que las nuevas generaciones poco a poco van destapando, mientras que las empresas de juguetes eróticos para mujeres van ganando peso en el mercado. Porque las mujeres tenemos deseo sexual, que no tiene porqué pasar por un tercero, algo que siempre ha sido naturalizado en el caso del deseo masculino.
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Muy buen artículo. Felicidades a todas las mujeres, sean como sean, quieran lo que quieran, todas valemos mucho!
Se puede decir más alto pero no más claro, Ana!! TODAS VALEMOS MUCHO!