El pasado 2020, con las difíciles condiciones de vida por las que pasamos supuso, entre otros problemas muy graves, un aumento de peso en una gran parte de la población. El pack «sofá, tele y palomitas», unidos a una reducción de actividad física, dejaron en nuestro cuerpo algunos kilos de más que cuestan eliminar y, lo que es peor, ha instaurado en nuestro día a día unos hábitos poco recomendables que perjudican nuestra salud… Así pues, un año después del comienzo de la pandemia, mi recomendación es: controla tu alimentación y evita el sobrepeso, porque no hacerlo supone un riesgo para tu salud.
Sobrepeso y COVID-19
Para muchas personas comer supone una desconexión o una forma de compensar los malos momentos que estamos viviendo. Comer nos aporta un placer que nos ha quitado la COVID-19 en forma de problemas de salud, emocionales y económicos. Sin embargo, expertos científicos han concluido que las personas con kilos de más son más vulnerables al SARS-CoV- 2 y, si llegan a enfermar, tienen una mayor probabilidad de sufrir consecuencias más graves. De hecho, según la doctora Valle Fernández (especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y formadora en Tech España Medical School) «Es muy importante el índice de masa corporal, pero aún lo es mucho más, prestar especial atención al porcentaje de grasa (y donde está) y de masa muscular. Si la grasa está distribuida, el riesgo es bajo, pero es muy alto cuando está envolviendo los órganos.
Necesitamos comer bien para vivir sanos a largo plazo, por eso, los especialistas insisten que es posible el tratamiento del sobrepeso y de la obesidad más allá de la simple reducción del peso. La lucha contra el sobrepeso hay que afrontarla a partir de un enfoque global (o sistémico como dirían los expertos) y focalizado en el reequilibrio del metabolismo de cada persona.
En busca del reequilibrio del metabolismo
Como dice la doctora, se habla de “terapia del peso” porque se refiere, precisamente, al reequilibrio de los principales parámetros metabólicos, de la glucemia al metabolismo de las grasas y a la producción de citoquinas inflamatorias, a través de un planteamiento específico basado sobre tres momentos clave del metabolismo: fase de carga, fase de consumo y fase dedrenaje.
Como afirma la farmacéutica Silvia Sferlazzo, el peso es el resultado de las fases que vamos a detallar:
Fase de carga
Esta fase tiene que ver con lo que ingerimos. Después de una comida (especialmente si es rica en carbohidratos) la concentración de glucosa en sangre aumenta. Este incremento estimula el páncreas (glándula del aparato digestivo) y le lleva a segregar insulina, que se encarga de recoger el azúcar de la sangre y gestionarlo. Este lo reparte por los órganos que lo necesita para su funcionamiento y guarda el sobrante en forma de grasa. Seguidamente se produce un descenso en la curva de glucosa, por lo que sentimos hambre y queremos algo que nos aporte ese azúcar, lo que supone un nuevo pico glucémico.
Son, precisamente, esos picos lo que hay que evitar. El objetivo sería tener una curva glucémica más plana para no acumular grasa. Hay sustancias ricas en fibras naturales (celulosa, opuntia, glucomanano y de los mucílagos de malvavisco, lino y tilo) que evitan picos glucémicos. Reducen la velocidad de absorción de esos nutrientes, lo que significa que evitan bajadas rápidas del pico glucémico. Además mejoran la digestión, absorción y eliminación a través de las heces.
Fase de consumo
Normalmente, las reservas energéticas excesivas, o las que no consume el organismo, se depositan en el tejido adiposo. En condición de sobrepeso/obesidad el tejido adiposo tiende a crecer en volumen porque los adipocitos blancos (que es un almacén de grasa) aumentan en número y dimensión.
Cuando el organismo –y en particular estos adipocitos blancos– no pueden gestionar el exceso de grasa, liberan ácidos grasos libres y citoquinas inflamatorias en la sangre. Esta situación deriva en un bloqueo funcional de la totalidad del tejido y en una situación de inflamación que tiende a volverse general y provoca una reducción de la funcionalidad de otros órganos que intervienen en el metabolismo como el hígado y el hipotálamo, en el que también tienen un rol relevante, además del tejido adiposo.
Por ello, es necesario actuar sobre los órganos involucrados para reactivar dicho metabolismo. Estudios científicos han identificado algunos complejos moleculares vegetales a base de procianidinas, ácidos clorogénicos, flavonolignanos y flavonoles del té verde, mate, cardo mariano y semillas de uva pueden intervenir en la reactivación del metabolismo, consiguiendo un reequilibrio de su funcionalidad fisiológica.
Fase de drenaje
La mayor parte de los casos de exceso de peso, especialmente en las mujeres, se acompaña de una acumulación de líquidos (proteínas y lípidos) en los tejidos, que provoca hinchazón y edema. Ello deriva en una reducción de la funcionalidad tanto de los adipocitos, las células que forman el tejido adiposo, como de los capilares sanguíneos y linfáticos. Por este motivo, la circulación linfática resulta menos eficiente en el tejido adiposo, tanto que genera formación de edemas.
Para solucionarlo, es necesario un drenaje de líquidos y también de los proteínas. Existen complejos moleculares naturales a base trigo sarraceno, rusco, vara de oro, ortosifón y diente de león que pueden ser de ayuda.
Tratamiento integrativo del sobrepeso
La doctora Valle Fernandez recomienda basar el tratamiento del sobrepeso en cuatro pilares que están interrelacionados:
- Alimentación: ingesta de alimentos realmente nutritivos para nuestras células, huyendo de productos ultraprocesados y muy refinados.
- Salud intestinal (microbiota): eso tiene que ver en cómo hacemos nuestra digestión, la periodicidad en las deposiciones… Sin una microbiota equilibrada no conseguiremos una pérdida de peso
- Salud emocional: los especialistas tienen claro que el intestino es el segundo cerebro. Sin un equilibrio emocional no hay pérdida de peso
- Ejercicio físico: aumenta el sistema inmune, produce cambios metabólicos y ayuda a recuperar la masa muscular, que es fundamental para una buena salud metabólica
En definitiva, y como ayuda a la terapia del peso, no debemos olvidarnos de modificar de forma sustancial nuestro estilo de vida, centrándonos en reducir la circunferencia abdominal aumentar la actividad física y seguir una correcta alimentación.
Asimismo, es posible intervenir sobre el control del nuestra alimentación incluyendo:
- más fruta y verdura de temporada
- bebiendo la cantidad correcta de líquido durante el día, al menos 2 litros
- procurando hacer un mínimo de 30 minutos de actividad física al día
- adoptar hábitos culinarios correctos.
Además, cuando se quiera perder peso, siempre es aconsejable contar con la ayuda y refuerzo de un profesional médico especializado.
Un artículo completísimo, da gusto leer recomendaciones acertadas de como perder peso por salud,.Ya está bien de tanta operación biquini y de como conseguir el cuerpo de una famosa en dos semanas!!. Hace falta mas gente como vosotras que trate estos temas con la seriedad que requieren ya que nuestra salud esté en juego.
También me parece muy importante que se mencione la salud emocional, ya que sin ella no se puede llevar a cabo un cambio en nuestras rutinas.
Yo tan solo puedo aportar que estos meses pasados he tenido que perder peso porque tenía unos niveles altos de triglicéridos y colesterol y lo he conseguido con las pautas que mencionáis, comer sano, sustituir alimentos por otros o simplemente cambiar su elaboración, sin pasar hambre en ningún momento, hacer un ejercicio moderado pero regular y en mi caso lo he combinado con la práctica de yoga, que me ha ayudado a suprimir la ansiedad.
Una vez mas gracias por vuestra profesionalidad y por tratar los temas con la seriedad que merecen.
Carmen, muchísimas gracias por tu comentario. No sabes cómo nos emociona recibir mensajes como el tuyo… Nos ayuda a ver que vamos por el buen camino porque para nosotras la belleza es salud. Un beso enorme y, de nuevo, gracias por leernos.