Existen muchas dudas acerca de cuál es el orden correcto a la hora de aplicar los productos de tratamiento facial, ¿qué se aplica antes, el contorno de ojos o el sérum? ¿Se debe utilizar el protector solar antes o después de la crema de día?, ¿cada cuánto tiempo debo exfoliarme o aplicar la mascarilla? Despejamos todas tus dudas acerca del ritual de belleza diario y semanal.
Limpiadores, cremas, sérums, fotoprotectores, peelings, mascarillas… ¿El orden de los factores altera el resultado? Aunque aplicarlos en distinto orden no influye negativamente sobre nuestra piel, el correcto uso de los productos cosméticos es fundamental para conseguir mejores resultados y mayores beneficios sobre nuestra piel.
Orden de aplicación de los cosméticos faciales
¿Cuáles son los pasos que no debemos olvidar en nuestra rutina de belleza diaria tanto por el día como por la noche?
- Limpieza de la piel, “sin limpieza no hay belleza”. Este es, quizás, el paso más importante de todos a la hora de conseguir una piel limpia, sin imperfecciones y libre de impurezas. Imprescindible una buena limpiadora, capaz de eliminar todas las impurezas y conseguir que se absorban todos los principios activos que vamos a aplicar a continuación. Valora si quieres hacer una doble limpieza, según los expertos es la más recomendable.
- Tonificación el rostro, a no ser que utilices un agua micelar, que lo lleva incorporado. Este paso es imprescindible, tanto si utilizas una leche, una mousse o un jabón facial.
- Sérum facial. Aunque llevamos muchos años utilizando este producto, muchas personas todavía se preguntan para qué sirve y cuándo se aplica. Un sérum facial es un suero rico en principios activos concentrados que tienen una alta capacidad de penetración y que ayuda a potenciar el tratamiento que vamos a aplicar a continuación. Los sérums nunca deben aplicarse solos, siempre hay que complementarlos con el ritual de belleza habitual.
- Contorno de ojos. Hay quienes abogan por utilizarlo antes del sérum, porque se supone que este último no se debería utilizar en el área periocular. La piel de esta zona, una de las más sensibles y delicadas del cuerpo, es una de las que más cuidados requieren. A partir de los 25 años el colágeno y la elastina comienzan a degradarse, por lo que nuestra piel empieza a presentar los primeros signos de la edad. Además, el músculo orbicular del área del contorno de los ojos realiza una media de más de 10.000 parpadeos al día, provocando una aparición prematura de líneas de expresión. Si a esto le añadimos la poca irrigación y desintoxicación de la zona, explica la aparición de las ojeras, bolsas y arrugas.
- Tratamiento habitual, que será elegido en función de nuestro tipo de piel y edad. Este será un paso clave para combatir todos los signos de envejecimiento y mantener un aspecto sano, ya que nuestra piel no tiene las mismas necesidades a los 25 que a los 40 años.
- Protección solar. La exposición excesiva a las radiaciones ultravioleta puede causar lesiones como arrugas, envejecimiento prematuro, manchas, quemaduras, alergias… El mejor aliado para combatir todos los síntomas negativos del sol es el factor de protección. Muy importante no olvidar utilizarlo en invierno, ya que, aunque los rayos solares inciden en menor medida, el daño acumulativo se sigue produciendo. Es importante proteger la piel y utilizar un factor adecuado a nuestro fototipo, sin olvidar que hay que reponer el factor de protección cada dos horas y media siempre que exista exposición.
- Maquillaje. Tras la protección solar, ya puedes proceder al maquillaje facial. Muchos fondos de maquillaje están formulados con SPF. Si es el caso, puedes evitar utilizar la protección solar previa.
¿Qué acciones o tratamientos no deben faltar en nuestros cuidados semanales?
Una o dos veces a la semana es importante realizar un tratamiento mucho más profundo que nos ayude a regenerar nuestra piel, repararla y limpiarla en profundidad, para ello debemos de realizar una exfoliación y posteriormente aplicar una mascarilla que hidrate y repare toda nuestra epidermis”.
Exfoliación
Existen diversos tipos de exfoliantes que se adaptan a nuestro tipo de piel y al resultado que queramos conseguir. “Para realizarlo nosotras mismas en casa, siempre debemos utilizar exfoliantes suaves de bajas concentraciones, ya que de esa forma evitaremos irritar nuestra piel o conseguir efectos no deseados como sensación de picor o escozor”.
El exfoliante está indicado para utilizarlo una o dos veces en semana, siempre después de la limpieza, pero antes de la mascarilla. Pero existen exfoliantes menos agresivos e igual de efectivos que pueden utilizarse cada dos días.
Mascarilla
Respecto a las mascarillas, tienen la finalidad de reparar todo el estrato córneo y aumentar las defensas de la piel. Además, al ser ricas en principios activos muy concentrados, ayudan a reparar la piel y nutrirla intensamente.
Para elegir la mascarilla adecuada hay que tener en cuenta los resultados que queremos conseguir, ya que hay mascarillas limpiadoras, hidratantes, reconstructivas, reparadoras de la luminosidad, etc.
Incluso estas mascarillas las podemos alternar entre sí, por ejemplo, una vez a la semana aplicamos una mascarilla limpiadora y otro día distinto podemos aplicar una mascarilla reafirmante y de luminosidad; de esta forma tratamos la limpieza y la luz consiguiendo mayores resultados.
Procuro hacerlo así aunque la exfoliación y mascarilla con menos frecuencia.
Todo depende del tipo de piel que tengamos… Las personas con la piel sensible deben ser más cuidadosas y espaciar las exfoliaciones. Un beso, Ángeles!!