¿Tu piel no tiene el aspecto que deseas a pesar de seguir una rutina cosmética completa? Quizás no se trate de los productos que usas, sino de cómo los aplicas. Porque sí, incluso con los mejores sérums, limpiadores y cremas del mercado, hay ciertos errores de belleza que pueden estar saboteando todos tus esfuerzos.
Hemos conversado con varias expertas en cosmética profesional para identificar cinco fallos frecuentes que muchas cometemos sin saberlo. Son gestos tan comunes como aplicar mal el producto o utilizar agua a una temperatura inadecuada, pero pueden afectar a la salud y al aspecto de la piel. Toma nota y empieza a cuidar tu piel como una verdadera experta.
Error 1: Aplicar el sérum en la palma de la mano
Es un gesto casi automático: verter unas gotas del producto en la palma, frotar, y después llevarlo al rostro. Pero es un error que puede costarte más de lo que imaginas. “Las palmas son absorbentes, por lo que parte del producto se pierde antes de llegar a la piel”, advierte Bella Hurtado, directora técnica de Boutijour. Lo ideal es aplicar el sérum en las yemas de los dedos, calentarlo ligeramente entre ellas y distribuirlo con suavidad sobre rostro, cuello y escote. Así aprovecharás cada gota y tu piel recibirá la dosis completa de principios activos.
Error 2: Usar agua muy fría o muy caliente para la limpieza
Ni fría ni hirviendo: el agua para lavar el rostro debe estar templada, alrededor de los 30 ºC. “Esto permite emulsionar bien los residuos y facilita su eliminación sin alterar la barrera cutánea”, explica Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza. Si usas agua demasiado caliente, puedes eliminar lípidos esenciales para mantener la piel protegida e hidratada. Y si es demasiado fría, la limpieza será menos eficaz: “La suciedad oleosa puede solidificarse y asentarse más en la piel”, añade Sonia Ferreiro (Byoode). Un detalle sencillo que marca la diferencia.
Error 3: Masajear demasiado o con movimientos inadecuados
Puede parecer inofensivo, pero frotar con energía el rostro con la intención de hacer penetrar el cosmético es contraproducente, sobre todo en pieles sensibles. “Son tejidos que cuanto menos se manipulen, mejor”, señala Raquel González, directora de educación de Perricone MD. Y no solo eso: realizar los mismos gestos una y otra vez puede favorecer la aparición de arrugas. ¿La forma correcta? “Llevar las manos al rostro y presionar suavemente, sin arrastrar, hasta que el producto se absorba”, recomienda.
Error 4: No respetar la cantidad adecuada de producto
Otro clásico entre los errores de belleza es no prestar atención a las cantidades. Ya sea por exceso de entusiasmo o por miedo a desperdiciar producto, muchas veces no usamos la dosis correcta. Y eso puede tener consecuencias. “Si aplicas poco, la piel no recibe todos los activos que necesita”, explica Elisabeth San Gregorio, directora técnica de Medik8. Pero excederse tampoco es buena idea. “Demasiado producto puede provocar congestión o brotes, especialmente si incluye ingredientes potentes como ácidos exfoliantes”, advierte Natalia Abellán, responsable técnica de Ambari. La clave: leer siempre las instrucciones y seguir las recomendaciones del fabricante.
Error 5: Rechazar los limpiadores en aceite si tienes piel grasa
Uno de los errores de belleza más extendidos es evitar los limpiadores oleosos en pieles con tendencia grasa. Sonia Ferreiro, cosmetóloga y biotecnóloga en Byoode, lo tiene claro: “El aceite es capaz de arrastrar al aceite, por lo que un limpiador en aceite o bálsamo retira eficazmente restos de maquillaje, protector solar y sebo acumulado”. Usarlo como primer paso de la doble limpieza nocturna —seguido de un gel con base acuosa— puede marcar un antes y un después en tu piel. Incluso si no te has maquillado, este gesto ayuda a equilibrar el exceso de grasa y evita brillos, puntos negros y textura irregular.
