Una de cada dos personas, el 44% de la población, dice tener el cuero cabelludo sensible, una cifra altísima sólo superada por quienes dicen tener la piel del rostro sensible. Picor, pinchazos, quemazón, dolor, son algunos de los síntomas que sufren estas personas sin que los dermatólogos conozcan cual es el desencadenante.
Porque no estamos hablando de afecciones o enfermedades cutáneas que producen estos síntomas, sino de unas sensaciones anómalas que, en principio, no tienen un origen conocido pero que son vividas con angustia por quienes las padecen de forma cotidiana.