Objetivo: una talla menos. Cómo evitar la retención de líquidos (2)

¿Tu problema es que estás hinchada, como congestionada? ¿Sufres de piernas cansadas? ¿Conforme avanza el día te aprieta el cinturón o el anillo? Tienes retención de líquidos.

Tal como os avanzábamos en nuestro post Objetivo: una talla menos antes de primavera, en el de hoy vamos a tratar uno de los problema que solemos sufrir bastantes mujeres, especialmente durante el síndrome pre-menstrual, pero que a algunas nos afecta todo el mes: la retención de líquidos. Eliminar líquido y toxinas, y con ello bajar una o dos tallas, es sólo cuestión de restablecer una buena circulación venosa y linfática.

La causa de la retención de líquidos o hidropesia suele ser un trastorno en las funciones digestivas y eliminadoras de los riñones y la piel. Pero también el sedentarismo, una alimentación rica en sodio (sal), algunas enfermedades y medicamentos, traumatismos y estados post-operatorios pueden alterar el buen funcionamiento del sistema linfático. Al no poder circular la linfa con normalidad, se acumula líquido y toxinas en las extremidades y pueden llegar a formarse edemas que acaban siendo dolorosos. Para combatirlo podemos ayudarnos con una dieta adecuada, beber suficiente cantidad de agua, la fitoterapia o recurrir a terapias manuales. En algunos casos extremos, sin embargo, puede ser necesario que el médico paute un tratamiento farmacológico con diuréticos.

Dieta anti-retención

Para favorecer la eliminación de líquidos de un modo natural se recomienda seguir una alimentación equilibrada, rica en frutas y verduras que gracias a su alto contenido en agua favorecen la estimulación de los riñones y la eliminación de líquido y toxinas por la orina. Porque, al revés de lo que se suele pensar, para eliminar el líquido corporal es necesario beber y «comer» suficiente cantidad de líquido, para estimular el funcionamiento de eliminación. Si no tenemos agua, nuestro organismo «guardará» la poca cantidad que le suministremos y la almacenará.

La mayoría de frutas son bajas en sodio (sal), como por ejemplo las peras, manzanas, naranjas, kiwis, etc. Los cereales como la avena, el arroz, o las legumbres y la soja también están indicados porque son alimentos ricos en proteínas y aportan poca sal. Los alimentos más ricos en potasio, como los plátanos, también favorecerán esta acción diurética.

Por el contrario, para evitar la retención hay que disminuir o eliminar los alimentos ricos en sodio como embutidos, aceitunas, conservas, frutos secos salados, etc. Ten cuidado con los alimentos preparados, pues suelen tener demasiada sal. Incluidos los cereales preparados del desayuno, algunas tostadas, las legumbres en conserva y, por descontado, los ahumados. Un truco para no tener que cocer las legumbres es usarlas en conserva, pero aclararlas con agua antes de prepararlas a tu gusto.

La retención de líquidos puede estar también asociada a carencias alimenticias como la baja ingesta de magnesio y vitamina B6, e incluso falta de proteínas. A menudo las dietas que hemos seguido para «bajar» esos kilos de más se encuentran en la base de la retención de líquidos. No te prives de comer carne, pescado, huevos y lácteos en forma de queso tierno y yogur. Los necesitas.

Tómate una tisana

Hay diversas plantas con propiedades diuréticas y depurativas que ayudan a reducir el volumen por exceso de líquidos en el organismo. Puedes tomarlas en infusión a lo largo del día, con lo que contribuirás a aumentar la ingesta de líquido. También pueden tomarse en capsulas si te es más cómodo, pero acompáñalas siempre de un gran vaso de agua.

Ejercicio y más 

Para estimular el funcionamiento del sistema linfático hay un ejercicio físico que nunca falla: andar. Al caminar ponemos en funcionamiento el bombeo natural de la circulación de retorno, la forma más eficaz de evitar que se hinchen los tobillos. Si te acostumbras a andar cada día de media a una hora a buen paso, sin correr, ayudarás a que todo el sistema circulatorio y linfático se movilice, estimulando la eliminación de líquido y toxinas.

También puedes recurrir al drenaje linfático manual, es el tratamiento estrella contra la retención de líquidos. Pero también la presoterapia te ayudará, las conocidas «botas» actúan como un masaje y favorecen la circulación de retorno y el drenaje.

Y recuerda: el próximo 20 de febrero hablaremos sobre cómo evitar el vientre hinchado.

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