Más del 50% de la población española sufre déficit de Vitamina D. Ésta se sintetiza mayoritariamente en la piel, bajo la influencia de la luz ultravioleta del sol. Si en España tenemos más de 3.000 horas de sol al año, ¿cómo es posible que tengamos tanto déficit?. Fijamos nuestra atención en el sol y la Vitamina D, para saber por qué tenemos déficit y qué tenemos que hacer para aumentar esta vitamina, tan importante para nuestra salud.
Tomar el sol en dosis moderadas es beneficioso para la salud, lo hemos explicado en más de una ocasión (reduce la presión arterial, sintetiza la Vitamina D y mejora el tratamiento de diversas patologías). Sin embargo también somos conscientes de los aspectos negativos que conlleva hacerlo de forma excesiva: envejecimiento prematuro de la piel, manchas, eritema solar y… cáncer de piel.
Investigadores españoles han estimado el tiempo necesario de exposición a la radiación solar para obtener las dosis recomendadas de Vitamina D. Mientras en primavera y verano son suficientes de 10 a 20 minutos al sol, en los meses de invierno se necesitarían casi dos horas, por lo que resulta difícil alcanzar valores óptimos para la gran mayoría de la población.
Cada año, los estudios sobre los beneficios de tomar el sol en dosis moderadas se intercalan con los que confirman los riesgos que conlleva hacerlo de forma excesiva.
Quemaduras en 30 minutos
Un trabajo realizado por el Grupo de Investigación en Radiación Solar de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) encabezado por la científica María Antonia Serrano, y publicado por la revista Science of the Total Environment, analizó la irradiancia solar ultravioleta (UVER) alrededor del mediodía (entre las 12.30 h y las 13.30 h) durante cuatro meses del año (uno de cada estación) desde 2003 a 2010. Con estas cifras se calculó el tiempo para producir eritema –enrojecimiento de la piel causado por quemaduras–.
Así, los datos subrayan que, en julio, un individuo con tipo de piel III (la usual en la población española) no debe estar más de 29 minutos bajo el sol si quiere evitarlo. Sin embargo, en enero, el mismo individuo puede permanecer en el sol durante 150 minutos.
De la misma forma se obtuvo el tiempo mínimo de exposición para obtener la dosis diaria recomendada de Vitamina D. “El problema puede aparecer en invierno debido a los bajos niveles de radiación UV y al hecho de que la gente cubre la mayor parte del cuerpo”, añade María Antonia Serrano.
En este sentido se comprobó que, alrededor del mediodía en enero, con un 10% de exposición corporal, se necesitan alrededor de 130 minutos para obtener la dosis diaria recomendada de Vitamina D. Como este tiempo es menor que el que produciría eritema, no hay riesgo de quemaduras solares.
En cambio, en abril y julio, con un 25% de exposición corporal serían suficientes unos 10 minutos para adquirir la vitamina. Y en octubre, por ejemplo, se necesitarían unos 30 minutos.
“Estos cálculos se realizaron para el tipo de piel III, pero si fuera más clara o más oscura las cifras cambiarían”, apunta Serrano.
“También hay que tener en cuenta que hemos considerado un porcentaje de cuerpo expuesto habitual para la temporada. Si este fuera mayor, entonces el tiempo de exposición se reduciría”.
Igualmente, el tiempo obtenido para producir eritema se ha calculado para días medios. “Debe tomarse con precaución. Para los días extremos, los tiempos de exposición permisibles serían mucho más cortos”, subraya.
Mantener la Vitamina D en invierno
Los resultados muestran que, aunque hay suficiente radiación en países como España, es difícil alcanzar las dosis recomendadas de Vitamina D en invierno (de noviembre a febrero) en una latitud media norte, ya que el tiempo necesario de exposición resulta excesivo (130 minutos).
En estos meses, con un 10% de exposición corporal, durante el mediodía solar se necesitarían dos horas de exposición al sol para obtener una dosis óptima de Vitamina D –pero a las 10:00 h se requeriría aproximadamente 9,7 horas y a las 16:00 unas 5,7 horas.
Por el contrario, en las horas centrales de los días de primavera y verano, con un 25% de exposición corporal, unos 10 minutos de exposición solar alrededor de las 13:00 horas y unos 20 minutos desde las 15:00 hasta las 17:00 h serían suficientes para satisfacer las necesidades diarias de Vitamina D.
“Además, la radiación recibida depende de la postura, la forma del cuerpo y la ropa. También debe tenerse en cuenta que todas las áreas de la piel del cuerpo no sintetizan Vitamina D con la misma eficiencia”, revela Serrano.
La edad de los individuos también desempeña un papel importante en la síntesis de Vitamina D a partir de la radiación UV, ya que con los años hay una disminución de la capacidad de producir Vitamina D, teniendo los adultos de mediana edad un 66% del potencial en comparación con los niños.
“Estos resultados pueden ayudar a la adopción de medidas apropiadas para compensar la posible deficiencia, como informar al colectivo médico sobre la conveniencia de aumentar la ingesta de Vitamina D a través de la dieta o suplementos”, concluye la investigadora de la Universitat Politècnica de València.
No sabía que era diferente la manera que percibe nuestro cuerpo los rayos de sol según la estación del año.
Gloria
Sí, porque la inclinación de los rayos solares y su fuerza es diferente!
Siempre lo tomo con precaución y moderadamente.
Muy buena información.
Besitos
Muchas gracias, M ÁNgeles!!
Todo con moderación lo necesita el cuerpo. Y en sitios donde vemos poco el sol estamos deseando exponernos a el. Pero siempre con precaución. Besos
La precaución es fundamental!!!
Con este año sin apenas sol que tuvimos en el norte seguro que tenemos deficiencia de vitamina D.
Seguro… 🙁
Muy interesante, mi marido toma vitamina D y él sol en verano. Gracias y Besitos. ♥
Nos alegra que te haya interesado!!!
Oye, que interesante esta entrada
🙂 Muchas gracias!
un saludo
Ohhhh, que bien que te haya gustado!!! Mil gracias por tu comentario!!