Actualmente, el móvil, el ordenador y la televisión forman parte de nuestra vida cotidiana, y no podemos imaginarnos vivir sin ellos, sobre todo las personas que usamos estas tecnologías como herramientas de trabajo. Pero estas pantallas emiten luz azul, la cual infravaloramos y, realmente, tiene unas consecuencias notorias sobre nuestra piel. Hoy te contamos más sobre la luz azul, ¡apunta!
¿Qué es la luz azul?
Como cuentan en Cantabria Labs, la luz azul es parte de la luz visible, la pequeña porción de radiación, dentro del espectro electromagnético, que el ojo humano es capaz de detectar. Suele estar relacionada con la luz del sol, y sus efectos adversos y dañinos son conocidos generalmente por la población.
Sin embargo, a medida que aparecieron las pantallas y la iluminación basadas en la tecnología LED, se han añadido fuentes de emisión de luz azul y, consecuentemente, las horas de exposición a este tipo de luz. El 40% de esta radiación visible emitida por los dispositivos es luz azul.
Efectos de la luz azul sobre la piel
La luz azul es un tipo de luz al que la población está expuesta de forma natural. En dermatología, por ejemplo, es habitual usar esta luz terapéuticamente, siempre con exposiciones cortas y de baja intensidad. El problema aparece con las pantallas, ya que emiten luz azul de una manera más intensa y las exposiciones cada vez son más prolongadas, sobre todo ahora que esta crisis sanitaria nos obliga a muchos a teletrabajar y pasar muchas horas delante de pantallas. Algunos de los signos que producen son:
- Deshidratación. La luz puede provocar una disminución en las acuaporinas, unas moléculas que se encargan de mantener los niveles de hidratación en la piel. Esto comporta una disminución en la retención de agua.
- Manchas en la piel. La exposición a la luz azul estimula la activación de los melanocitos. Esto incrementa la cantidad de melanina, lo que produce una hiperpigmentación y la aparición de manchas.
- Cansancio. El uso continuo de dispositivos que usan luz LED provoca insomnio debido a la sobreexcitación lumínica que recibe el cerebro durante todo el día. Esta falta de cansancio también daña la piel, y la hace envejecer antes de tiempo.
- Envejecimiento prematuro. Este tipo de luz estimula la formación de radicales libres, moléculas inestables que dañan la matriz extracelular. Por eso la piel pierde firmeza y aparecen arrugas. Además, su acción es capaz de alterar la estructura de los fibroblastos, encargados de estimular el colágeno que mantiene la piel firme y luminosa.
- Arrugas en la piel. Los efectos de la luz azul fomentan que las enzimas conocidas como metaloproteinasas se descontrolen y destruyan el entramado de moléculas que hay en el espacio entre células. La acción descontrolada de estas enzimas provoca una degradación del colágeno y la elastina y se produce una pérdida de firmeza y elasticidad que favorece la aparición de arrugas en la piel.
Consejos para protegerse
Sabemos de sobras que, hoy en día, las pantallas son muy necesarias para trabajar, comunicarse, informarse y entretenerse. No obstante, debemos tener en cuenta que la protección a la radiación de luz azul es fundamental. Para empezar, podrías color en las pantallas algún filtro que limita la emisión de luz azul.
En tu rutina de cuidado facial diaria no pueden faltar productos hidratantes con fórmulas ricas en antioxidantes, como la vitamina C, el ácido ferúlico o la vitamina E. Además, es muy importante fotoprotegerse usando crema solar de amplio espectro, es decir, no solo que proteja de la radiación UVB y UVA, sino también de la visible y la infrarroja.
Y, por último, es muy importante obligarte a establecer unos tiempos de desconexión, lejos de la luz azul del ordenador o del móvil, y así hacer que la piel no esté tanto rato expuesta a estas radiaciones. ¡Seguro que tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán!
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