Entre el 10 % y el 20 % de la población infantil española, y alrededor del 5% de los adultos, presenta síntomas de dermatitis atópica, según cifras de SciELO España (una biblioteca formada por una colección de revistas científicas españolas de Ciencias de la salud). Te desvelamos sus síntomas y te explicamos cómo convivir con ella, de la mejor forma.
Este trastorno inflamatorio crónico de la piel, informa la misma fuente, es más frecuente en zonas urbanas y está íntimamente vinculado a factores genéticos y ambientales, como la polución y los cambios climáticos. De hecho, el 20% de niños con un progenitor con esta enfermedad de la piel, la desarrolla. Esta cifra aumenta al 72% si los dos progenitores son atópicos, según informan los Laboratorios Leti.
Los datos más recientes reflejan que esta afección ha aumentado en las últimas décadas, especialmente en la población pediátrica, y se ha convertido en una de las enfermedades crónicas más comunes en la infancia
Dermatitis atópica: cinco señales de alerta
La dermatitis atópica es una enfermedad crónica de la piel que se caracteriza por una intensa sequedad, inflamación (eczemas) y prurito severo. Aunque suele afectar principalmente a bebés y niños, en algunos casos puede persistir en la edad adulta, afectando significativamente el día a día.
Estas son las cinco señales más comunes, según los dermatólogos, que pueden indicar que la padeces:
- Piel muy seca: una característica común de esta afección es la sequedad intensa de la piel, que puede volverse áspera y descamada.
- Picor persistente: a menudo intenso y constante, es uno de los síntomas más distintivos de la dermatitis atópica y puede empeorar en la noche.
- Enrojecimiento o inflamación: la piel puede mostrar enrojecimiento o zonas inflamadas, especialmente en áreas como el rostro, cuello, codos, detrás de las rodillas o en las manos.
- Lesiones o eczemas: las erupciones cutáneas, como pequeñas ampollas que pueden supurar y formar costras, son comunes. Estas áreas inflamadas suelen ser más visibles y molestas.
- Engrosamiento o cambios en la piel (liquenificación): con el tiempo, el rascado constante puede hacer que la piel se engrose, se vuelva más áspera o con una textura diferente.
¿Cómo debemos cuidarla?
Quienes sufren dermatitis atópica, están sujetos a brotes, que están vinculados a diferentes factores como:
- las temperaturas extremas, como el frio o el calor
- el sudor puede aumentar la sequedad y alterar barrera cutánea causando irritación y picor
- el estrés
- una alimentación pobre o con falta de nutrientes básicos
- algunos tejidos, como la lana o las fibras sintéticas
- Hipersensibilidad a los alérgenos ambientales domésticos, como pelo de animales, polen, contaminación
Decálogo para convivir con la dermatitis atópica
- Es preferible el baño a la ducha, ya que suaviza, relaja y aporta flexibilidad a la piel, siempre con agua templada y nunca más de 5 minutos
- Enjabona la piel con la mano, sin esponja para evitar la fricción
- Utiliza jabones suaves, de origen natural y sin sulfatos ni tensioactivos químicos
- Seca la piel sin frotar
- Con la piel ligeramente húmeda aplica un suave cuidado hidratante que alivie y nutra profundamente, porque la clave es que la piel mantenga la máxima hidratación posible. La hidratación debe ser diaria y sin excusas
- Las cremas de esteroides, deben reservarse para lesiones importantes y por periodos cortos de tiempo (3 días). No deberán aplicarse en el rostro
- Los antihistamínicos son muy útiles para aliviar la comezón
- Para mejorar los síntomas, las uñas deben mantenerse cortas y la ropa debe ser de tejidos suaves y porosos (algodón)
- Los detergentes para la ropa deberán ser suaves y sin perfumes. Evita en la medida de lo posible la utilización de suavizante en la ropa
- Si se infecta una lesión, debe recibir tratamiento específico indicado por su médico.
Atoderm Aceite de ducha, de Bioderma. Aceite de ducha corporal con acción hidratante 24 horas y confort inmediato. Su acción es ultracalmante, ultranutritiva, antipicor y apto para toda la familia desde recién nacidos a los ancianos. Su precio: 16,95€/1000ml.
Letiat4 Champú, de Leti. Champú extrasuave y emoliente, con extracto de algodón, específico para la higiene, cuidado y protección del cabello y cuero cabelludo con tendencia atópica. Calma la irritación, protege y calma el cuero cabelludo seco, proporciona brillo al cabello. Adecuado para la higiene del bebé (con o sin costra láctea), infantil y del adulto.
Concentrado Calmante XeraCalm A.D, de Eau Thermale Avène. Tratamiento SOS y cuidado anti-rascado de emergencia, diseñado para aliviar al instante y en cualquier momento las sensaciones de picor intenso localizado y los picos de sequedad severa en las zonas de rascado recurrente del rostro, el cuerpo y los párpados. Su fórmula contiene el primer activo biotecnológico procedente del Agua termal de Avène, I-modulia, que lucha eficazmente contra los picores y la irritación de la piel. No contiene conservantes y solo incluye ingredientes útiles para la piel. Justo después de la aplicación, los picores se reducen un 69%, la hidratación aumenta un 75% y el efecto relipidizante inmediato persiste hasta 6 horas.
AtopiControl Loción, de Eucerin. Loción corporal de uso diario que utiliza una combinación de ácidos grasos omega-6 concentrados (aceite de onagra y aceite de semilla de uva) y licocalcón A de efecto calmante (un extracto de la raíz de la regaliz) para restaurar la piel, ayudar a restaurar su barrera natural y hacerla más resistente.